martes, mayo 23, 2006

Sentimentalismo: ¿una faceta del egoísmo?


Fuente de la imagen: Vietnam War


8 de junio de 1972. Un avión de Vietnam del Sur bombardea la población de Trang Bang. Entre los que huyen está una niña totalmente desnuda y quemada por las bombas de napalm. Su rostro es de un sufrimiento desgarrador. Una fotografía registra la escena, da la vuelta al mundo y cambia la visión que hasta entonces se tenía de la guerra de Vietnam.

Aquella niña terminó convirtiéndose casi en un símbolo. Su nombre es Kim Phuc. Con el tiempo se nacionalizó canadiense, tuvo un hijo y fundó la Fundación Kim Internacional para ayudar a niños víctimas de las guerras. Felizmente su historia llegó a buen final, pero cuál hubiera sido su destino si su sufrimiento nunca hubiera sido registrado por Nick Ut, periodista ganador del premio Pulitzer.

Ya Occidente en 1972 sabía que en Vietnam muchos inocentes estaban muriendo. Existían muchas protestas. Pero todo esto era opacado por la indiferencia y las justificaciones a la guerra. Fue necesario un estímulo tan fuerte como la foto de Kim para que recién muchos se conmovieran.

Sin embargo, algo no ha cambiado desde la guerra de Vietnam: lo que no aparece en los medios simplemente nunca existe… Es más, no basta que algo sea publicado sino que además debe tener un gran efecto para que exista, porque si no se perderá entre una marea de mensajes mucho más estimulantes, aunque sean más intrascendentes…

Y es que lo que más importa ahora es la forma y no el fondo, el impacto y no el contenido, y de esa manera comenzamos a confundir lo accesorio con lo esencial y viceversa, hasta terminar volviéndonos muy manipulables: no la razón sino los sentidos serán los que nos señalen qué es lo más importante…

Incluso, aunque seamos muy humanitarios, la cultura actual bien puede convertirnos no en personas sensibles sino sentimentales, ambas cosas muy diferentes.

Una sensibilidad social parte de una reflexión que ha venido madurando con el tiempo y que es más sólida porque no es producto de la emoción momentánea. En cambio el sentimental es un gran egoísta porque para convencerse no le basta saber sino también conmoverse. Es decir, el discurso deberá entenderlo en formato de telenovela para cobrar conciencia de un hecho y, así, tendrá opiniones muy débiles pues estarán influidas no por la calidad de la información sino por su efectismo, que suele durar no más de un cuarto de hora para dar lugar nuevamente a la habitual indolencia.

Esto me recuerda a ese Al Capone interpretado por Robert de Niro (Los Intocables, 1987), quien podía llorar en una opera mientras era totalmente indiferente con las muertes que ordenaba, pues probablemente a muchas de sus víctimas nunca les veía el rostro y sólo le representaban nombres a tachar en una lista negra (ojos que no ven corazón que no siente), de allí que hasta este mafioso podía ser muy sentimental pero no por ello menos egoísta.

Por tanto, para tomar conciencia de un drama no debemos esperar que éste nos conmueva hasta las lágrimas, aunque tampoco debemos entenderlo como un gélido objeto de estudio. La idea es que no necesitemos de los efectos especiales para moldear nuestras opiniones.

Ser sentimental no es malo, pero tampoco es un mérito en sí mismo ni nos hace más nobles, sólo podría significar que ante una primera plana quedemos más sobrecogidos por la gran foto de un perrito herido que por una pequeña nota sobre un genocidio… Nadie dice que lo primero es lo que más llamará la atención, el problema es cuando lo percibimos como el tema del día… El ejemplo puede ser exagerado pero hagamos un ejercicio con un periódico: primero, leamos la primera plana y preguntémonos cuál noticia es más trascendente; segundo, leamos las páginas centrales y preguntémonos lo mismo; tercero, contrastemos nuestra primera conclusión con la segunda… Quizás descubramos que ciertas notas marginales de prensa debieron ser los grandes titulares del día… O también puede ocurrir que nos hayamos vuelto un perfectos sentimentales, muy manipulables…




Nota:

La foto es la que hizo de Kim Phuc un símbolo.


Fuentes:


Portal de la Fundación Kim Internacional
http://www.kimfoundation.com/en/

La niña de la foto
Entrevista a Kim Phuc
BBC
29 de abril de 2005
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_4497000/4497073.stm#xq1

Kim Phuc Phan Thi
Portal de la UNESCO
http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=8323&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html


Cortesía de la imagen: BBC

12 comentarios:

viajera dijo...

No debería, pero es parte de la naturaleza humana que importe más la forma que el fondo.

Qué bueno que te diste tiempo para escribir.

Jorge Vila dijo...

Me gusto tu comentario

Jorge Vilá

Erika Almenara dijo...

Qué buen comentario es para ponerse a reflexionar. Es cierto lo que plantea Vero pero creo que sería importante detener e¡nuestro paso por el sentimentalismo y volcarlos hacia otras dicrecciones que podrían invitarnos a realizar algo más que llorar.
Saludos,

Martín Palma Melena dijo...

Estimada Vero

No sabes las ganas que tengo de postear más seguido, últimamente estoy algo saturado, pero trataré de darme un tiempo. Y es verdad que es parte de la naturaleza humana que importe más la forma que el fondo, pero al menos hay que empezar a tomar conciencia sobre ello

Saludos



Estimada Erika

Coincido contigo, muchas cosas pueden hacerse en vez de estar sólo lamentándonos. La idea de fondo es moldear nuestras opiniones no según lo atractivo del mensaje, sino según lo importante de su contenido… Aunque esto puede sonar algo idealista hoy en día.

Saludos



Estimado Jorge

Qué gusto da que te hayas animado a visitar mis espacios y dejarme un comentario… ¡Bienvenido!

Un abrazo

xxx dijo...

uno de mis cinco posibles temas de tesis fue el de la imagen. me interesaba saber que es lo que hacia que tuviera tal impacto sobre nosotros. despues de 40 pagina me di cuenta que me seria imposible.

tema fascinante.

Magda Díaz Morales dijo...

Y ahora justamente hay más atrocidades en Irak ¿y qué hacemos? o más bien ¿qué podemos hacer? solo hablar, decir, demandar, gritar por donde se pueda que en Irak, y en varias partes del mundo, están siendo asesinados en masa, martirizados, despojados, ultrajados, humillados, bombardeados en su propio país, y solamente porque tienen petroleo... Es una pesadilla.

Que valiente mujer Kim Phuc, su sufrimiento debió de ser innarrable...

Martín Palma Melena dijo...

Estimada Claudia

Sería todo un tema saber por qué la imagen tiene tanto impacto en nosotros. En todo caso, el problema es cuando a la imagen se le considera como un fin en sí mismo y no como lo que es: sólo un medio para hacer atractivo los contenidos, que siempre deben ser lo más importantes. Gracias por la visita

Saludos


Estimada Magda

Estoy de acuerdo contigo, pero cabría agregar que nunca está demás generar conciencia sobre los temas que mencionas. Las corrientes de opinión siempre tienen su peso. El asunto es no ser esclavos del impacto de la imagen para formar nuestras opiniones. Con respecto al caso de Kim Phuc, lo positivo fue que su sufrimiento al menos sirvió como símbolo para todos los niños víctimas de la guerra.

Saludos

monich dijo...

Creo que diste en el clavo, Martín. Creo que es valioso que cronistas interesantes como tú se de tiempo para analizar estos temas. Recuerda que la mayoría de gente sólo se traga el discurso oficial de los medios y lamentablemente unos pocos ven detrás del telón. Una de las primeras cosas que aprendemos los periodistas es a impactar por medio de la empatía o la identificación. Con variaciones y hasta manoseos, la técnica funciona a la perfección. Ahora bien, la elección arbitraria de la agenda pública en los medios, de lo debe conmover o no, hace la diferencia. Sólo un ejemplo: Recuerda que en la década pasada la televisión se llenó de mujeres inventándose dramas en los estudios de Laura Bozzo, mientras se ocultaba los casos de madres de pueblos olvidados del ande que lloraban la desaparición de sus hijos, acusados falsamente de terrorismo.

Como bien dices, aquello que no se publica, parece no existir y más vale el make up y la forma como se presentan los hechos(léase musiquita triste, por ejemplo, primeros planos de víctimas y hasta cadáveres)que el contenido mismo.

De esto podría hablar mucho más, pero no estoy escribiendo un post, sino usando tu espacio de comentarios.

Acabas de despertar en mi la necesidad de escribir sobre el tema.. Y hablando de escribir, se te extrañaba amigo, me da alegría leerte nuevamente.

Martín Palma Melena dijo...

Hola, Monich

Interesante tu comentario, y más viniendo de una periodista tan calificada como tú… Y qué más quisiera yo que me dejaras un post a manera de comentario, en ese sentido aprovecha mi espacio todo lo que desees… =) Estaré atento a algún eventual artículo que escribas sobre el tema…

Un saludo

Martín

schatz67 dijo...

Hola Martin,

Me gustó mucho el post.Analizas un tema que no vas a encontrar desarrollado con amplitud en los medios masivos pues puede ser catalogado de impopular además de infraterno.

Parte de la regresión cultural a nivel individual y social que el hombre viene experimentando en los ultimos años esta directamente relacionada con la explotacion mediática de los aspectos más banales y primarios del individuo.No tenemos capacidad de priorizar los contenidos y el analisis sobre estos sino que debemos seguir en perfecta sumisión la agenda dictada por los capitostes mediáticos.Si hace 38 años una niña desnuda o las imágenes de una matanza servían para despertar la conciencia mundial ante un conflicto absurdo y sangriento hoy la carne que exhiben en el gancho no salva a nadie de nada y solo sirve para generar pingues dividendos a grupos empresariales.

Súmale a eso un individuo que es formado desde su infancia en la total ausencia de espíritu crítico y tendrás al perfecto círculo que factura millones no solo en este país sino en el mundo entero.

Por eso el marketing es la carrera con mayor efervescencia,por eso los conglomerados mediáticos son tan poderosos mundialmente,porque tienen la capacidad de convertir lo negro en blanco, lo falso en verdadero y la forma ...en fondo.

Un abrazo

Schatz

Martín Palma Melena dijo...

Hola, Schatz

Comparto lo que dices, además el sufrimiento parece banalizado por los medios. Hace poco veía un documental en un canal de cable donde presentaban imágenes aéreas del momento en que un proyectil destruía algunas viviendas. Uno sabía que había personas que estaban muriendo, pero una pausada voz en off se limitaba a dar detalles técnicos del misil: su modelo, alcance, velocidad, radio de destrucción… Para reflexionar…

Saludos

Portobello dijo...

Díficil es encontrar el equilibrio en el sentimentalismo. O lo eres o no lo eres, algunos lo tienes desarrollado más para los animales que para las personas, y otros a las cosas. Gracias por tu visita. Si volveré después de estos calores fuertes. Aquí es época de vacaciones. Saludos