viernes, diciembre 29, 2006

Historia navideña en la BBC

Aproximadamente a un mes de la Navidad, mientras se dirigía a su oficina de redacción en Miami, el columnista de la BBC Matías Zibell tuvo una idea tan sencilla como significativa para rescatar el espíritu de aquellas rondas navideñas donde tú empezabas contando una historia hasta un punto donde otro debía continuarla, y así sucesivamente…

Matías quiso aplicar esta misma dinámica en el plano virtual para escribir una historia navideña colectiva con un espíritu semejante al de esos clásicos literarios cuyas versiones fílmicas integran la programación televisiva obligada en las celebraciones de diciembre


Así fue como se animó a proponer su original iniciativa a un grupo de colegas, bloggers y lectores frecuentes.

La primera entrega de esta historia colectiva ya está publicada en el portal de la BBC, y el orden de aparición de quienes colaboraron en ella fue el propio Matías, quien escribe, El Cubano de la Isla, Roberto Álvarez Galloso, Sandro Medina Tovar, Acuario, Marcela, Vanina Berghella , Ileana Calero. Será en la segunda entrega donde conoceremos el desenlace. Habrá que estar atentos…

sábado, diciembre 23, 2006

Sin ilusión no hay decepción...


Por Martín Palma Melena

Por estas fiestas todas las series de televisión abordan el tema de la Navidad… Y no fue la excepción con Sabrina, la bruja adolescente, una nueva versión de Hechizada, con algunas modificaciones, como la presencia de un gato negro que habla.

El capitulo de Sabrina… sobre la Navidad lo vi esta semana de manera fragmentada, en el televisor que un restaurante tenía para los comensales, entre los que estaba yo, pero alcancé a atender una escena de dicho programa en la que un señor le decía a la brujita protagonista que no se hacía muchas esperanzas con la Navidad, porque de esa forma si no se ilusionaba tampoco se decepcionaba… El comentario fue de un pesimismo tal que más bien desató las risas en off (dicho sea de paso, detesto la risas en off, porque pareciera que a uno quisieran programarlo para reír).

Al parecer este sujeto había tenido en el pasado navidades muy frustrantes y no quería que ahora le ocurriera lo mismo, así que mejor no se hacía esperanzas para no entristecerse… Sin embargo, después comprobé que ficción y realidad no siempre estaban muy distanciadas…

Al día siguiente salí a correr temprano y me encontré con un conocido. Hablamos de todo un poco, del clima, de las noticias en las primeras planas del kiosko frente al que estábamos parados. Y de pronto vino a colación el tema de la Navidad. Me comentaba que las Navidades de ahora ya no eran como las de antaño, que antes por estas fechas él solía enviar regalos o tarjetas navideñas a todos, pero que ahora ya no lo hacía cuando notó que sus esmeros no eran correspondidos. No lo dijo con dramatismo, más bien con una mezcla de escepticismo y cinismo, como quien un poco más y te decía que él ya no creía en esas tonterías…

En realidad yo tenía la sensación de que en su historia había todo un contexto que me estaba omitiendo, después de todo tú cosechas lo que siembras, y además no regalas para que te regalen, o no saludas a los demás por fiestas para que necesariamente hagan lo mismo contigo, pero es muy difícil que de cada diez personas de las que te acuerdas, por los menos una o dos no sepan corresponder a tu gesto, y ya en el peor de los casos…

En realidad había algo en común entre el episodio de la brujita adolescente y el dialogo con mi amigo. Tal vez en estas navidades te mueres de ganas ya no de hacer un regalo sino de siquiera saludar a tal o cual persona, incluso a aquéllas de las que te has distanciado por razones diversas. Pero no lo haces no por egoísta, sino por evitarte la frustración de no ser correspondido… Y por eso te terminas aislando, pero dónde sabes que ese saludo que quieres dar el otro realmente lo espera, y precisamente de ti… Cómo sabes que esa persona con la que te has peleado está hambrienta de reconciliación, pero cuando te mira se mantiene displicente más por timidez que por orgullo. Y claro, como los dos son orgullosos continúan aislados. Pero en tal caso ¿alguien no debería romper ese círculo vicioso?

Claro que cuando quieres tomar la iniciativa siempre está el riesgo a la frustración (y esto para todo, sea en el amor o en los negocios). Es cierto que sin ilusión no hay frustración, pero ¿vas a perder tu capacidad de ilusionarte sólo por el temor a la frustración? O dicho con ese pragmatismo tan de moda hoy en día: ¿acaso hay alguna ganancia sin riesgo?

¿Por qué no te arriesgas a saludar ya no a quienes te caen mal sino sólo a quienes hace tiempo ya no ves por el motivo que sea? Y ¿si las cosas no son cómo piensas? Y ¿si son sólo los espejismos de tus prejuicios los que te esclavizan haciéndote creer que fulano o mengano es un intratable? Y si ya en el peor de los casos, que no creo, esa persona contesta mal tu saludo de Navidad ¿quién sabe si en realidad sí disfruta de tu gesto aunque no lo demuestre por temor, porque en el fondo es frágil y toda la vida ha estado con un blindaje que ya no sabe cómo sacárselo? Y si de diez con los que te arriesgas sólo uno sabe corresponder al gesto, ¿no crees que aun así el esfuerzo bien valdría la pena? Y este último sería el peor de los casos, muy improbable en términos estadísticos...

Ahora, puedes ser más audaz y saludar justo a ese fulano o fulana que te cae pésimo. ¿Qué mejor ocasión para desconcertarlo? Pero tampoco pido tanto, aunque ya dicen que en Navidad suelen ocurrir milagros… Pero ¿por qué no hacerlo aunque sea para romper el círculo vicioso de los enconos, alimentado muchas veces más por la indiferencia que por las propias peleas?

Por otro lado, el odio sólo envenena al que odia y no al odiado… Hasta El Padrino interpretado por Al Pacino decía, más o menos, que no había que odiar al enemigo porque de lo contrario no se pensaba bien… Aunque sus razones eran más pragmáticas que altruistas… Pero vamos, por algo se empieza…

Puede ocurrir también que en el fondo sepas que si saludas a todos por Navidad tengas el éxito garantizado, porque confías en tu irresistible carisma, pero no lo haces porque simplemente no te da la gana, porque para qué te vas a reconciliar con ese idiota si tarde o temprano se van a terminar peleando de nuevo… Tal vez eso pueda ser cierto, pero el problema ya es tuyo… Y quién sabe si él se pelea contigo no por el motivo aparente, usualmente una tontería, sino por un motivo más real: querer un poco de tu atención, señor o señorita carismático (a)… Y quizás por esa iniciativa ganes un amigo de por vida… En realidad todos en el fondo somos así de infantiles… ¿Qué soy demasiado optimista? Tal vez, debe ser la Navidad…


Cortesía de la imagen

http://voldimex.com/Imagenes/muneco-triste.jpg

miércoles, diciembre 20, 2006

Unión de Bloggers Hispanos

La Unión de Bloggers Hispanos (UBH) es un directorio de blogs que recientemente descubrí en la Red y que llamó mi atención por su nombre tan gremial (¿surgirá algún día un gremio de bloggers?).

Lo que trata de promoverse en la UBH es la confraternidad entre los miembros. Al menos la administradora me hizo un ofrecimiento válido también para cualquier que desee vincularse a esta interesante iniciativa: «Todos nuestros usuarios pueden solicitar ser colaboradores y participar con nosotros compartiendo sus experiencias como bloggers con otros usuarios, herramientas o manuales, anímate y tu nombre con el respectivo enlace aparecerá en nuestro bloque de colaboradores, no tienes más que avisarme, te haré colaborador y en el momento que escribas tu primer artículo añadiré tu nombre a dicho bloque».

En todo caso, sería interesante visitar este portal para conocer nuevas bitácoras interesantes y algunos otros recursos útiles para los bloggers.

viernes, diciembre 15, 2006

Capote


Una película que recientemente he visto es Capote (2005). Y quedé convencido de que Philip Seymour Hoffman se tuvo bien merecido el Oscar a mejor actor del 2006.

Hasta antes de esta cinta, Hoffman era uno de esos actores cuyos rostros suelen ser familiares pero siempre se ignoran sus nombres. Yo al menos recuerdo haberlo visto como actor secundario en El Talentoso Señor Ripley (1999), en Y entonces llegó ella (2004) y, más recientemente, en Misión Imposible III (2006), donde representa a un villano bastante convincente, aunque ya en esta última cinta no pasa inadvertido.

Esta película trata de la vida del escritor norteamericano Truman Capote; más exactamente de los cuatro años que duró el proceso de gestación de su más célebre novela A sangre fría (que pretendía inaugurar el género de la novela de no ficción).

Hoffman interpreta a un Capote arrogante, cínico y narcisista que a toda fiesta del jet set a la que asiste le gusta ser el centro de atención, y talentos no le faltan.

Sin embargo, este actor nos ofrece una interpretación muy sobria. Su Capote es de una afectación que roza con el amaneramiento pero sin nunca desbordarlo, y de allí que tenga el mérito de no incurrir en estereotipos simplistas y de ostentar un histrionismo muy bien calibrado, similar al de Jack Nicholson o Danny De Vito, quienes exageran en sus interpretaciones, pero llegando al límite exacto que un personaje no debe cruzar para no mutar en una caricatura.

Otro punto a favor de Hoffman es su economía de gestos, algo que le permite mucha química con Catherine Keener, intérprete de Nelle Harper Lee, amiga de la infancia en Alabama de Capote. Por ejemplo, en una escena, para obtener información, él manipula emocionalmente a Laura Kinney (Allie Mickelson), la adolescente que es la primera persona en percatarse de los cadáveres en el lugar del crimen que después inspiraría A Sangre fría. Entonces, en un momento en que la joven se ausenta, el escritor y Nelle se miran en silencio y no hacen ningún gesto, pero por alguna razón intuimos que ella lo está reprochando. Y es que en muchas partes de esta producción, juntos o separados, Hoffman y Keener muestran mucha habilidad para ser muy expresivos siendo muy inexpresivos (valga el contrasentido).

Pero es en el carácter manipulador de Capote en el que quiero centrarme.

En Kansas, Capote también se entrevista con Perry Smith (Clifton Collins), uno de los perpetradores de la masacre.

En la cinta, el novelista tiene una gran sensibilidad que, paradójicamente, la utiliza como arma para manipular a sus entrevistados y sacarles información. Finge involucrarse con ellos, escuchándolos con atención, hasta descubrir en sus vidas un episodio parecido a uno que él haya vivido y que confiesa (eso hizo con la ya mencionada adolescente). Y así sus eventuales interlocutores empiezan a conmoverse y a confiar en alguien que les confidencia experiencias parecidas a las suyas. Capote emplea la misma táctica con Smith, cuya simpatía incluso llega a ganarse. Pero sucede algo inesperado, realmente llega a involucrarse con el criminal. Las vidas de los dos son muy semejantes, al punto que en algún momento al escritor llega a parecerle que ambos vivieron en la misma casa, sólo que él salió por la puerta delantera y Smith por la trasera (aunque no textualmente, esas fueron algunas de las líneas de Hoffman en la producción).

Finalmente el autor termina afectado, incluso más de lo que él quiere admitir, cuando es condenado a la horca Smith, quien en principio no debía pasar de ser un frío objeto de estudio.

Y es que si algún mensaje tiene la película, entre muchos otros, es lo peligroso que resulta manipular a las personas mediante sus sentimientos. Tarde o temprano algo siempre se va de las manos, incluso para el manipulador…

En general esta cinta me pareció muy recomendable, y Hoffman tuvo una interpretación muy destacable.


Información de la película

Capote. Guión de Dan Futterman: basado en el libro Truman Capote de Gerald Clarke. Dir. Bennett Miller. Act. Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener y Clifton Collins Jr. Sony, 2005.