lunes, enero 29, 2007

¿Un mundo sin niños?


Basada en el libro homónimo de P.D. James, la película Hijos de los hombres (U.S.A., 2006) nos sitúa en un futuro cercano (2027) donde muchos conflictos actuales se han agravado y de una forma verosímil; futuro perturbador no por el terror sino por la desesperanza, acentuada por una atmósfera sombría donde predominan los colores blancos, negros y grises; atmósfera que es la de una Inglaterra futurista en la que la violencia existe pero más como una coreografía distante, aunque a veces también cercana… La gente no se muestra asustada sino más bien cínica e indiferente. La violación de algunos Derechos Civiles pareciera ya no necesitar justificaciones muy elaboradas: a los inmigrantes ilegales se les criminaliza ya a extremos siniestros, pues una policía represiva y totalitaria los persigue para recluirlos en unos campos de deportación, casi ya de concentración, donde ocupan ya no celdas sino jaulas que recuerdan a las de los detenidos en Guantánamo. Si algún activismo o idealismo puede hallarse es el que ya linda con las guerrillas urbanas…

Por otra parte, la humanidad ha perdido su capacidad de engendrar hijos: el último niño nació hace diecinueve años y para colmo ha fallecido hace poco. Pero un milagro sucede, está embarazada Kee (Claire-Hope Ashitey), una refugiada afro-descendiente, y Theo (Clive Owen) es quien se encargará de ayudarla, sacándola del país, por influencia de su ex novia Julian (Julianne Moore), activista en una organización clandestina a favor de los inmigrantes.

Es verdad que en un inicio Theo ayuda a Kee por las 5,000 libras que Julian le ofrece. Pero lo económico no es lo único que lo motiva, aun cuando bien necesita el dinero: en cierto sentido, Julian le recuerda a él no sólo un amor pasado sino además el idealista que alguna vez fue antes de ser digerido por el establishment y de volverse un oscuro oficinista. Julian lo sacude en su gris existencia, aunque sea para exponerlo a peligros de los que ella misma termina siendo víctima… Y si quedamos persuadidos de que el desganado y escéptico Theo sí es capaz de arriesgarse por Kee, es gracias a la figura de esta ex novia…

En esta historia las razones de la incapacidad de la humanidad de procrear niños son inciertas. Uno de los personajes, Jasper (Michael Caine), alude a algunas teorías: que las investigaciones genéticas, que los cambios climáticos, que algún virus… Y esta parte me hizo recordar un artículo que había leído en el portal de la Agencia Aceprensa poco antes de ver este film y que trataba sobre temas demográficos en Francia…Ya entenderán qué tiene que ver una cosa con la otra…

Aceprensa destaca que el Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos (INSEE) ha publicado en el país galo un boletín con datos que en un inicio parecen muy optimistas: «La fecundidad francesa viene subiendo desde hace más de un decenio, y ya en 2004 superó los 1,9 hijos por mujer. La tasa de 2006 es la más alta de los últimos treinta años» («Francia se anota el récord europeo de fecundidad»; mis destacados). Pero recalco que los datos sólo parecen optimistas por lo siguiente: «El récord se debe a las mujeres mayores de 30 años, cuya fecundidad lleva subiendo más de un decenio. En cambio, la tasa de las más jóvenes está prácticamente estancada, con pequeñas oscilaciones» («Francia…»; mis destacados).

Es decir, en Francia, no las mujeres más jóvenes sino las mayores de 30 años son las que incrementan el número de nacimientos, pero la edad media del primer embarazo de una mujer francesa sigue postergándose: esto es, «de 28,8 años en 1994 a 29,8 en 2006» («Francia…»).
Por tanto, a estas cifras estadísticas no sería descabellado darles la siguiente lectura: esto es, en la maternidad gala, su constante retraso podría terminar minando a su reciente repunte, tendencia que empero es lenta y no irreversible (tampoco hay que ser tremendistas)… Y eso que «Francia es el segundo país más poblado de Europa, después de Alemania» («Francia…»).

Y ¿qué tienen que ver estos datos demográficos con Hijos de los hombres? Quizás la humanidad no llegue a perder su capacidad de procrear, como muestra esta cinta, pero lo cierto es que los resultados demográficos de la realidad y de esta ficción pueden aproximarse un poco: en un continente como Europa la población esta envejeciendo y los niños cada vez son menos, y no por ninguna de las teorías esbozadas por el personaje de Jasper, sino porque las propias personas así lo desean… (En fin, cada quien es libre de decidir la cantidad de hijos que quiera tener).

Al respecto, Hijos de los hombres me permite ensayar algunas reflexiones: una, vinculada al personaje de Kee; otra, a lo tanto que puede llegar a valorarse la vida incluso en el futuro menos alentador…

Referente a la primera reflexión, no creo que en esta cinta sea gratuito que la única mujer en el mundo que tras muchos años logra quedar embarazada es justamente una mujer de color, kee, y esto me sugiere toda una carga simbólica: a saber, si algún día el mundo ve reducir drásticamente su población, no será en continentes como África (o Latinoamérica), los que entonces ya no tendrán que preocuparse de que los países del primer mundo sigan criminalizando la inmigración u obstaculizando el otorgamiento de las visas… Sólo habría que esperar (en caso en que demografías como la francesa persistan en las tendencias ya descritas)…

Referente a la segunda reflexión, hay una escena en esta película en la que, en medio de una guerra urbana (si no ya una guerra civil), van bajando las escaleras de un edificio Theo y Kee, quien está cargando a su hijo recién nacido. Y en el trayecto los tres son sorprendidos por un grupo de soldados británicos que quieren tomar por asalto dicha edificación (donde están albergados algunos rebeldes), que llegan a encañonarlos, pero que quedan atónitos al ver al bebé, quien para Theo y kee representa un verdadero salvoconducto que les abre paso ya no sólo entre los intimidantes militares sino también entre tirios y troyanos. Este es una escena muy hermosa, pues en medio de tanta violencia los guionistas se las ingenian para dar espacio a cierta poesía: la vida y la esperanza, representados por el bebé, logran abrirse paso en medio de tanto odio y desencanto. Pero esta segunda reflexión va en otra línea (aunque peque de romántica): que quizás llegue el día en que las grandes potencias le abran las fronteras a todas las kees del planeta, las que no necesitarán más visa que la de un bebé en los brazos…

Y es que Hijos de los hombres me pareció verosímil no sólo por el inquietante futuro próximo que nos presenta sino también por la esperanza de que la vida pueda llegar algún día a ser tan valorada por una eventual escasez de nacimientos, y debida no a una hipotética infertilidad del mundo, sino a que los propios hombres así lo han decidido, pues los bebés los incomodan, aumentan su presupuesto y restan sus comodidades, pero siempre los extrañarán, aunque no quieran… Y cuando ya no puedan con la nostalgia, entonces las fronteras más resguardadas serán abiertas por los seres más frágiles de la Tierra: los recién nacidos… Bueno, podría ser ¿no?

Dime como ve la humanidad su futuro y te diré como ella se está mirando actualmente, e allí el mérito de Hijos de los hombres…


Referencias de la película

Hijos de los hombres. Guión de David Arata, Alfonso Cuaron, Timothy J. Sexton, Hawk Ostby, Mark Fergus. Dir. Alfonso Cuarón. Actores. Clive Owen, Julianne Moore, Charlie Hunnam, Michael Caine, 2006.


Bibliografía

«Francia se anota el récord europeo de fecundidad». Sociedad. Aceprensa [España] 24 de enero de 2007.

http://www.aceprensa.com/art.cgi?articulo=13325




jueves, enero 18, 2007

No sólo importa el cómo sino también el porqué


Fuente: Educa.Aragob.es

En un átomo, el electrón es una partícula que contiene la mínima carga posible de electricidad negativa. Ahora entenderán el por qué de esta definición.

En la Física anterior a Einstein se creía que la naturaleza de la luz era resultado de ondas propagadas en el espacio. Pero eso no explicaba algunos fenómenos como el del efecto fotoeléctrico, consistente en buena cuenta en que cuando la luz repercutía en un metal, a éste le arrancaba electrones. Es decir, si la luz sólo se comportaba como ondas en el espacio ¿cómo podía arrancarle algo a algo tan sólido como el metal?

Hasta que llegó Einstein y se preguntó si acaso la luz no siempre estuviera formada por ondas; si acaso pudiera estar también formada por algo más palpable como un chorro de partículas, que con el tiempo se ha convenido en llamar fotones, definidos actualmente como las partículas más pequeñas de luz…

Max Planck (1858-1947), Premio Nóbel de Física en 1918, previamente ya había venido dudando del consenso común entre los físicos de entonces sobre la naturaleza de la luz: que ésta era nada más que onditas. Por eso, cuenta la leyenda, a Einstein lo hubieran tomado como poco menos que un excéntrico si sus trabajos al respecto hubieran caído en manos distintas a las de Planck…


Pero alguien podría preguntarse que ¿a quién le importa saber si los rayos de luz en el fondo son ondas o partículas? Por un lado, estudios sobre ese detalle le valió a Einstein el Premio Nóbel de Física en 1921. Por otro lado, esa nueva manera de entender la naturaleza de la luz es lo que permitió inventos posteriores como la televisión, el rayo láser, los discos compactos…

O sea, si hoy en día tu abuelita puede operarse con rayos láser las cataratas de sus ojos, es debido a que alguien como Einstein no sólo se preguntó sobre cómo a veces operaba la luz (la que ya bien sabido era que le arrancaba esas cosas llamadas electrones a la materia, aunque no muchos tenían claro el motivo) sino también por qué operaba así (porque a veces se portaba como algo más que onditas en el espacio).

Estas reflexiones sobre Einstein me hacen inferir la moraleja de que en la vida no basta con saber el cómo operan las cosas, sino también el por qué operan así; moraleja que es extrapolable a otros ámbitos…

Las carreras más valoradas en la época actual son las que tienen mayores aplicaciones prácticas, las que sólo buscan entender cómo operan las cosas; carreras que innegablemente son las de mayor demanda en el mercado y las más rentables. A nadie le importa ya el por qué de las cosas porque eso ya sería filosofar, y en un mundo tan acelerado como el de ahora nadie tiene tiempo para eso. Bajo esa lógica, las ciencias puras como las Matemáticas o la Física gozan de menos popularidad.

Pero no sólo en las Ciencias sino también en las Letras el Pragmatismo campea. Las carreras que suelen preguntarse por el cómo son las de mayor preferencia. Así, por ejemplo, frente a los delitos interesa el cómo reprimirlos, y se busca a los abogados o legisladores para que busquen una solución que para hallarla muchas veces primero hay que entender el por qué surgen tales delitos, tema ya no sólo propio del Derecho sino también de otras disciplinas humanistas como la Psicología, la Sociología o la Antropología. Y entendiendo su por qué, quizás muchos delitos no desaparecerían pero siquiera el bagaje de posibilidades para prevenirlos se ampliaría…

Y es que entender el por qué de las cosas sí importa, y más de lo pensando, y le ahorraría mucho trabajo a los que sólo se preocupan por el cómo. Las ciencias puras y las disciplinas humanistas no son carreras estudiadas sólo por gente que tiene tiempo para estar pensando. La búsqueda de los por qué puede aportar soluciones quizás nunca imaginadas por quienes sólo se preocupan por los cómo, por las aplicaciones prácticas de las cosas.

Al respecto, en una entrevista concedida al diario español El Mundo, señala uno de los fundadores de Wikipedia, Sarry Sanger:

Internet es como el libre mercado. Produce una enorme cantidad de basura y también de cosas excelentes. Te pone información al alcance de los dedos. Y puedes utilizarla, si no para ser más inteligente, sí al menos para tener conversaciones más profundas. En otras palabras, puedes iniciar una conversación sobre algo de lo que nunca habías oído hablar hasta ahora y, gracias a Wikipedia o a otras páginas, incluso puedes acceder a fuentes originales sobre esa materia. Así que, al menos en términos de acceso a información, es muy positivo. Claro que no es la panacea para todo. A mucha gente los árboles no le dejan ver el bosque. Y, si tiene mucha información, puede tener dificultades para integrarla de forma coherente. No es un problema nuevo. Durante siglos —tal vez milenios—, mucha gente ha confundido acumular datos con educación («Larry Sanger: 'Internet produce una cantidad enorme de basura y de cosas excelentes'»; mis destacados).

Los comentarios de Sanger me sugieren que en la época del Internet, la educación no es sólo acceso a la información, no es sólo comprender el cómo operan las cosas, es sobre todo integrar la información de forma coherente, para poder entender su por qué, para así poder ver el bosque completo y no deslumbrarnos con un solo arbolito, creyendo que éste es el todo de la realidad… Tengo el presentimiento que el siglo XXI será la época de la búsqueda de los por qué… Y no sólo en cuestiones científicas sino incluso sociales… La gente más que nunca antes en la historia tiene abundante información en la Red sobre casi todo, pero a esta información necesita darle un sentido…



Bibliografía

«Einstein, el "mago"». A Fondo. BBC [Londres] 15 Abril 2005.
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2005/einstein/newsid_4433000/4433043.stm


«Electrón».1. f. Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE). 22a.ed. 2001.
http://buscon.rae.es/draeI/

«Fotón».1. f. Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE). 22a.ed. 2001.
http://buscon.rae.es/draeI/

«Larry Sanger: 'Internet produce una cantidad enorme de basura y de cosas excelentes'». Portada. El Mundo [España] 8 Enero 2007.
http://www.elmundo.es/navegante/2007/01/06/tecnologia/1168062247.html





Cortesía de la imagen:

http://www.educa.aragob.es/iesitaza/DAPARTAM/ingles/images/Punctuation/Punctu2.gif

viernes, enero 12, 2007

Último número de Narrativas

Más vale tarde que nunca, pero aun cuando ya está en línea desde los últimos días del año pasado, recién les comento sobre el último número de Narrativas, revista literaria a cargo de la crítica literaria Magda Diaz y Morales y el escritor Carlos Manzano, porque por alguna razón mi ordenador en estos días se ha estado congelando cada vez que abría archivos de extensión Pdf, lo que no me permitía revisar el contenido de esta edición caracterizada por textos que, escritos con estilo ameno, conservan su calidad académica. Por ejemplo, Magda tiene un ensayo muy recomendable, «El Intruso» de Delmira Agustini. También me alegra reconocer nombres de algunos bloggers como el de Purificación Dávila, con su relato Entre dos fuegos, y el de Óscar Pita Grandi, con su ensayo Cortazar en el cine.

miércoles, enero 03, 2007

Desenlace navideño en la BBC

Para quienes recién estén leyendo este texto, el columnista de la BBC Matías Zibell tuvo la iniciativa de convocar una ronda navideña para escribir, entre un conjunto de personas, una historia que finalmente ya tiene un desenlace que ha tenido la virtud de renovar el sentido de la Navidad y que debemos agradecer esta vez a la inspiración de Casiopea, Sara, Gordita Linda, Blógico, Eduardo, Jessica, A Doce Horas de Distancia, La Hormiguita y Planeta Atabex. Aquí el enlace de esta segunda entrega.