miércoles, enero 09, 2008

El Custodio

Cuando lo peor es no existir (fuente: Diversica)

Habrá sido hace unos dos o tres años cuando un amigo sacerdote se hospedó por unos días en mi casa. En alguna ocasión, en la cuadra en donde vivo, él observó a un vigilante y me hizo un comentario que textualmente no lo recuerdo pero que encerraba la siguiente idea: que en ese oficio era casi sintomático las depresiones o las crisis existenciales (y no precisamente por los peligros). .

En su momento no entendí todo el sentido de esas palabras aunque imaginaba que el religioso sabía de qué hablaba. Finalmente, percibía muy ignorante yo, el de guardián o el de huachimán (como se dice en Lima por corrupción local del anglicismo watchman) era un trabajo indudablemente riesgoso y poco reconocido pero por lo demás relativamente fácil, pues la mayor parte del tiempo quien lo ejercía parecía ganarse el sueldo sólo por el mero hecho de estar parado (y recalco: parecía). A lo sumo, su mayor problema sería el aprender a lidiar con el aburrimiento.

Supe cuán inconciente era de una realidad frente a mis propias narices, recién gracias a una película no sobre un vigilante sino sobre alguien con una profesión análoga…

La cinta El Custodio (Argentina - Francia – Alemania - Uruguay, 2006) es árida y monótona, rasgos que son más acentuados por un registro de documental y de implícita denuncia social y que paradójicamente despiertan interés al reflejar exactamente las vivencias de Rubén (Julio Chávez), el protagonista, en su trabajo como guardaespaldas de Artemio (Osmar Núñez), ministro de Planeamiento de la Nación.

Aparentemente Rubén tiene un oficio que sólo lo obliga a seguir a su custodiado por todos lados y a esperarlo durante interminables jornadas.

Pero, intuyo, lo más difícil para él es no la tensión por lo peligros inherentes a su oficio, sino la capacidad que debe desarrollar para ser indiferente a todos; para serles indiferentes; para ser invisible y no existir mientras no lo necesiten; para no exteriorizar sentimientos y no dialogar ni con otros colegas(al menos no más de lo necesario); para resignarse a que un día será exactamente igual al siguiente y a los posteriores.

Sospecho, la indiferencia entre los custodios responde no únicamente a una disciplina propia de la labor y ya incluso muy arraigada por un posible pasado militar, sino también a una suerte de mecanismo de defensa, esto es: cuanto menos se involucre uno con un colega, menos sentirá o lo extrañará en caso que muera o que resulte herido…

Rubén es siempre tratado amablemente por el ministro, quien empero conversa o se queda dormido frente al televisor o actúa en última instancia como si su guardaespaldas fuera parte del mobiliario o no existiera…

El argumento del film nos sugiere que aquel custodio en realidad es alguien que tal vez pudo haber dado para más en la vida: por un lado, ejerce su afición al dibujo con cierta discreción y talento (y no lo hace mal pues hasta su empleador ha detectado eso); por otro lado, por un colega suyo vislumbramos que en un pasado nunca revelado pudo haber llegado muy lejos.

El protagonista tiene una rabia y frustración muy contenidas de las que sabemos por ser no explicitas sino ya muy latentes aun cuando rara vez se exterioricen y más por algún descuido

El final es inesperado aunque comprensible (mas nunca justificado), de una forma sórdida, y tácito, por alguna extraña razón, en la lógica del argumento, dadas además la particular rutina y el temperamento del personaje, quien parecía harto no de los riesgos propios de su oficio sino de simplemente no existir…

El Custodio cuenta con galardones como el Sundance 2005 por el mejor libreto latinoamericano o como el premio Alfred Bauer en el marco del Festival de Berlín 2006. La cinta merece verse.

Datos de la película

El custodio. Guión de Rodrigo Moreno. Dirección de Rodrigo Moreno. Actores. Julio Chávez, Osmar Núñez, Marcelo D’Andrea, Elvira Onetto, Cristina Villamor, Luciana Lifschitz, Osvaldo Djeredjian, Guadalupe Docampo, Julietta Vallina. Rizoma Films-Ctrl Z Films-Pandora-Charivari Films-Ibermedia, 2006.

Para mayor información visiten este enlace de Cinencuentro

6 comentarios:

Benita Pérez-Pardo dijo...

Ok.

A ver si la encuentro en el vídeoclub.

En España llamamos Custodio al Ángel de la Guarda y me acabo de dar cuenta porqué.

Un saludo desde Santander!

Martín Palma Melena dijo...

Querida Benita

Yo recomiendo esta película porque me invitó a una lectura interesante justamente porque refleja una realidad un poco árida y dura (y dura no en el sentido de indecente, por si acaso). Te hago la advertencia: por un lado, porque alguna idea tengo de tu sensibilidad y de tus convicciones; por otro lado, porque no es apta para todo público (aun cuando quizás esto esté demás decirlo o yo haya debido aclararlo en mi reseña). Dicho esto, la cinta es buena en ese sentido.

Y sí: quizás esta película nos pueda ayudar a entender mejor a nuestro pobre ángel de la guarda o custodio =)

Saludos desde Lima

Marta Salazar dijo...

lo del huachimán es super divertido!

"es árida y monótona, rasgos que son más acentuados por un registro de documental y de implícita denuncia social", oh! esto me hace pensar en que tal vez me daría un poco de lata verla...

Igual, acá no llegará, salvo en algún cine universitario experimental o similares.

Muy buena tu crítica Martín! Gracias por tu artículo!

Un abrazo!

A.M. dijo...

Pues intentaré conseguir esa película, pues la verdad tiene pintas de ser bastante interesante, si la consigo ya te comentaré que me pareció.
Un saludo muy grande amigo!

Martín Palma Melena dijo...

Estimada Marta

Bueno, no sólo allá en Alemania, al menos acá en Latinoamérica la película me pareció no sé si experimental pero sí fuera de lo común… En todo caso: la cinta gustará según lo que cada quien esté buscando =)


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Estimada Iris

Bueno, si ves la película me cuentas que te pareció… Quizás también terminas escribiendo una reseña sobre y nos compartes tus opiniones


Saludos muy cordiales para ambas

Hilda dijo...

Martín, le comentaba a Marta que generalmente ese tipo de películas no me gustan, además que a San Luis Potosí, no llegan. Y yo soy de cine comercial. Pero me gusta aprender de las películas con comentarios como el tuyo y de Marta porque puedo conocer una película sin verla. Y me llamó mucho la atención tu crítica porque yo siempre que veo a un vigilante me despiertan piedad. Siempre pensaba que era un trabajo riesgoso, aburrido y monótono. Tener que estar atento a todos los detalles, a ser ignorado (quien entra a un lugar custodiado por un vigilante, voltea a todos lados menos hacia él, los miramos de reojo), si a esta percepción le agregamos lo que dices que son personas que tienen que acostumbrarse a no sentir y no existir, se entiende perfectamente el porqué tu amigo el sacerdote decía que es frecuente en esa profesión, el tener depresiones.
El ser humano necesita que lo escuchen, que le demuestren que existe!
Yo no conozco personalmente a ninguno, tuve un tío guardaespaldas que murió antes de que yo creciera lo suficiente para hacerle preguntas sobre su profesión.
Me causó mucha simpatía el comentario de Benita que con esas características se asemeja a nuestro ángel de la guarda. Simplemente lo ignoramos y dime loca pero a raíz del comentario de Benita ahora le doy las buenas noches a mi custodio, ji ji (en serio)
Saludos. Hilda