lunes, julio 17, 2006

El Código Da Vinci: la Tierra Media de Brown


Fuente de la imagen: News Day

El libro El Código Da Vinci me pareció una mezcla de los géneros de intriga policial, espionaje, teorías conspirativas y esoterismo. Como protagonista, Robert Langdonm resulta una mezcla de Indiana Jones y James Bond. A estos ingredientes agreguemos la apariencia de investigación histórica que Dan Brown le da a su novela. Al respecto Pablo Ginés Rodríguez apunta: «La pretensión de erudición cae al suelo al revisar la bibliografía que ha usado (Brown): los libros serios de historia o arte escasean en la biblioteca de Brown, y brillan en cambio las paraciencias, esoterismos y pseudohistorias conspirativas» (Gines Rodríguez).

La novela tiene sus buenos momentos de suspenso, el problema es que existen decenas de páginas que uno lee ávidamente no siempre por ser interesantes sino por despejar alguna incógnita, que finalmente despejada nos conduce a otra que nuevamente nos hace leer otras decenas de páginas y así sucesivamente (de allí el efecto vertiginoso de suspenso permanente). En ese sentido reconozco la habilidad de Brown para jugar con la técnica del dato escondido.

No está mal que El Código Da Vinci sea un best seller por la forma en que nos atrapa. El problema es cuando creemos que su argumento es verdadero, que es historia novelada y no simple ficción cuyos visos verosímiles se deben a una dosificación arbitraria de datos históricos. El problema es cuando creemos vislumbrar en la fantasía una ideología de la que no nos volveremos necesariamente militantes pero que podría influir en nuestras opiniones y en nuestra visión del pasado y del presente. El problema es cuando el autor en la introducción escribe que «todas las descripciones de obras de arte, edificios, documentos y rituales secretos que aparecen en esta novela son veraces» (Brown 11), sin que eso signifique que la propia novela sea veraz aunque ciertos elementos que la condimenten sí lo sean (y ni siquiera todos). El problema es la ambigüedad muy hábilmente administrada sin la cual El Código Da Vinci nunca hubiera llegado a ser un best seller. El problema es finalmente no poder diferenciar la realidad y la ficción en una novela percibida o pensada para ser percibida como muy erudita. Me explico: es lógico que en una novela no siempre pueda diferenciarse verdad y fantasía, salvo que pretenda aparentar un valor documental del que carece, allí es cuando uno no tiene claro qué es lo que está leyendo…

Quisiera agregar además que ciertos medios calificaron de banal la reacción de algunas autoridades eclesiásticas y muchos creyentes ante una película y novela que supuestamente sería una ficción para el sentido común de cualquier lector… Es razonable pensar que con criticar a esta obra se le hace una propaganda gratuita y que mejor quedarse callado hasta que esta moda pase. Al respecto caben algunas precisiones…

Hasta un lector muy agudo, pero desconocedor de un campo tan erudito como la Historia de la Iglesia, podría por lo menos dudar al ser bombardeado por tantos datos de esta novela, más cuando ésta es ambigua… Alguien muy inteligente puede decir que se trata de una ficción y no es necesario tanto escándalo, pero otro no menos aventajado podría preguntarse con justa razón que si realmente fuera sólo una ficción entonces ¿por qué tantos curas se mortifican…? ¿Acaso no habrá algo de verdad en lo dicho por Brown y por eso la Iglesia se incomoda? Y es que en medio de tanta controversia ambas formas de razonar son muy posibles… Pero a esto hay que agregar algo más.

Conocida es la vinculación entre la película de Orson Welles El Ciudadano Kane (1941) y la vida de William Randolph Hearst, magnate de la mayor cadena de periódicos de su época. Dicha película era sólo una ficción y tenía con la vida de Hearst analogías pero también muchas diferencias, pero en el imaginario norteamericano la figura de Hearst y la de El Ciudadano Kane se fundieron en una sola, aun cuando estaba claro para todos que la producción de Wells era ficción. Y es que suele ocurrir que una cosa es lo que entendemos por vía racional y otra por los sentidos, algo que los publicistas entienden muy bien cuando nos presentan propagandas que sugieren que por tomar cierta cerveza ya estaremos rodeados automáticamente de chicas esculturales. Racionalmente sabemos que creer esto es ingenuo, pero en el plano de los sentidos algo muy distinto entendemos inconscientemente, subliminalmente (tampoco hay que ponernos paranoicos y pensar que permanentemente nos están lavando el cerebro)… Siendo todo lo machistas y tontas que queramos, si estas propagandas fueran incapaces de influir en nadie pues los publicistas pensarían en otras ideas más originales. Y a estas estrategias de Marketing nadie puede decir que sea totalmente inmune por más culto e inteligente que sea…

Bajo esa lógica, no me extrañaría que muchos inconscientemente ya estén sospechando que el Opus Dei quizás reclute en sus filas a muchos monjes como Silas, atentos a la orden de un obispo maquiavélico que desee exterminar a alguien que difamase a esa espiritualidad católica(otro error de Brown: el Opus Dei tiene numerarios, supernumerarios, agregados y cooperadores; los monjes no están por ningún lado). Si esa fuera la realidad, Dan Brown necesitaría más protección que la de Salman Rusdhie cuando éste fue condenado a muerte por una fatwa… Pero les repito: una cosa es lo que entendemos por la razón y otra por los sentidos… Por tanto la película y la novela El Código… no tienen nada de inofensivas, por más que sepamos que es una ficción, y ni qué decir de quienes algo le han creído a Brown…

Por toda la información que he leído, Brown parece sólo especificar que su obra es una novela, pero ¿es una novela histórica, ucrónica o fantástica? Estas diferenciaciones no son sólo exquisiteces académicas. No es lo mismo por ejemplo escribir una novela sobre Leonardo Da Vinci como versión libre de su vida, donde todos los datos son verdaderos aunque les dé mi propia interpretación subjetiva (novela histórica); una novela donde imagino que hubiera pasado si Leonardo hubiera echo esto y no aquello y hubiera enfrentado tales variables históricas y no estas otras (novela ucrónica) y una novela donde ubico a este genio en un escenario tan fantasioso como la Tierra Media de Tolken (novela fantástica, aun cuando este género bien pudiera esconder a veces una poderosa alegoría sobre realidades muy concretas). La obra de Brown alterna entre el género ucrónico y fantástico, por más que su Tierra Media esté habitada por escenarios y personajes históricos… Me explico: si El señor de los anillos estuviera protagonizado no por Frodo sino por Leonardo y si la Tierra Media la llamáramos Europa, esa obra aún así no podría considerarse histórica, y quizás ni ucrónica. De allí que Brown no sólo deba especificar que su obra sea una novela sino también que por lo menos no es histórica… Pero ya que mencioné el término ¿qué es una ucronía?

Según el DRAE, ucronía significa: «Reconstrucción lógica, aplicada a la historia, dando por supuestos acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder» (DRAE; mis resaltados). Bajo esa definición, El Código… reconstruye la historia especulando sobre lo que pudo haber sucedido pero nunca sucedió, ¿qué hubiera pasado si Jesús se casó con María Magdalena y tuvieron una hija que llamaremos Sarah? ¿Adónde ellas hubieran ido una vez fallecido Cristo? Quizás se hubieran ido al Sur de Francia y su descendencia se habría emparentado con la Dinastía Merovingia (indudablemente leyendas existen al respecto, pero nada comprobado históricamente). ¡Fascinante! Y claro: ésta y otras ideas igual de sugestivas siempre van a tener un sustento pseudo teórico incluso en mitos recogidos por ejemplo por algunos de los tantos evangelios apócrifos que se compran hasta en librerías católicas (Recordemos a El Evangelio de Judas)… Si todas estas tramas de Brown no son una Ucronía no se qué más podría serlo (y ni siquiera una Ucronía pura)… Y el género de la Ucronía no es malo en sí mismo porque puede sugerirnos qué hubiera sido de la Historia si otras variables se hubieran conjugado, qué hubiera pasado por ejemplo si Hitler hubiera ganado la Segunda Guerra Mundial, si los musulmanes hubieran triunfado en la Batalla de Poitiers (732) o si Latinoamérica hubiera sido conquistada no por los españoles sino por los ingleses… Y esto nos hace deducir que hasta la Ucronía en estricto sentido plantea hipotéticas distribuciones de piezas en ese gran tablero de ajedrez que es la Historia, pero las piezas son verdaderas… Pero cuál es la diferencia con Brown: que en el gran tablero de ajedrez de la Historia, no sólo cambia la distribución de las piezas sino que además algunas de ellas son falsas. Es decir, El Código… ni siquiera sería una Ucronía en el sentido más exacto del término y ya lindaría con la Literatura Fantástica, género con muchas posibilidades como una sugestiva carga alegórica, como ya apuntamos, pero yo creo que a esto Brown no aspiraba en El Código… Y ¿por qué el éxito de Brown? Porque tiene recursos muy sugestivos para sugerir que es Historia lo que en realidad es fantástico y, al parecer, algunos le han creído…


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Bibliografía



Brown, Dan. «Los hechos». El Código Da Vinci. España: Editorial Umbriel, 2003. 11.

Ginés Rodríguez, Pablo. «El hecho y su contextoLa Estafa del "Código Da Vinci": Un best-seller mentiroso». Aci Prensa [Lima] 8 Enero 2004, Controversias.
http://www.aciprensa.com/controversias/davinci.htm

«Ucronia».1. f. cult. Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE). 22a.ed. 2001.
http://buscon.rae.es/draeI/


Cortesía de la imagen:

http://www.newsday.com/media/photo/2005-12/20950254.jpg

15 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Saludos, martín. No sabía en cual de tus tres blogs dejarte un saludo y al final me he decidido por éste. Gracias por tu visita a Mujeres de Roma, especialmente importante para mí dada tu trayectoria y experiencia como escritor. Si en algún momento, al hilo de la historia de Catulo y Clodia, te animas y te apetece escribir algo sobre el amor en alguno de tus blogs, no dejes de decírmelo: será para mi un placer consignarlo en el mío para que cuantos lectores quieran puedan visitarte en tu casa.
Por otra parte, señalarte que me ha resultado muy interesante ese recorrido que haces por "El códico da Vinci". Lamentablemente no puedo dar ninguna opinión, porque no he leído la obra.Pienso que no me va a interesar y he desistido de antemano. Saludos muy cordiales.

El Chepis dijo...

Comparto tu opinión sobre la obra, especialmente después de la tan buena sustentación que has dado en tu post. En líneas generales, pienso que no se debe tomar novelas de éste tipo tan en serio, pero claro... el escándalo es parte de la comercialización, como bien mencionas. Por mi parte, sólo puedo aconsejarte alejarte de los demás libros de Dan Brown. Cai en la tentanción de leer "De Ángeles y Demonios", y literariamente es una novela, meritoria de ponerse bajo la pata de una mesa para equilibrarla. Francamente, parece una serie de televisión, con una división capitular estrictamente "televisiva" o "telenovelesca".
Saludos

Martín Palma Melena dijo...

Estimada Isabel

Antes que nada quiero agradecerte la visita. Hiciste bien en dejarme un comentario en este blog, es el único que estoy actualizando (con respecto a los demás blogs: uno es un dossier personal y el otro, está en veremos).

Sólo quería decirte que quedé gratamente sorprendido con tu blog «Mujeres de Roma». Por eso agradezco a Schatz el habérmelo recomendado. Aun en las escenas más cotidianas, es muy interesante la recreación histórica que haces de Roma, resaltando el importante rol de las mujeres, tan injustamente olvidado. En ese sentido, por un lado, reflejas en tus escritos una esmerada formación académica y, por otro, me siento halagado de que te hayas animado a visitar mis espacios.

Y te estoy muy agradecido por invitarme a escribir algo sobre el Amor, déjame madurar algunas ideas. Y con respecto a «El Código Da Vinci», es entendible que prefieras no dar ninguna opinión al respecto.

En lo personal, siempre me ha incomodado criticar la obra de un autor. Y si un libro no me agrada prefiero no reseñarlo, salvo que haya razones muy fuertes, como en el caso de «El Código…».

Saludos

Martín

Martín Palma Melena dijo...

Hola, Chepis

Yo también tuve la misma sensación que tú cuando leí la obra de Brown. Me pareció que estaba ante el argumento de una de esas películas de acción tan comunes en la Televisión o el Cine. Esas películas de «Serie B», que le dicen.

Saludos cordiales

Martín

Tumbaíto dijo...

Le felicito por su blog. Créame usted si le digo que estoy disfrutando de su lectura.

Martín Palma Melena dijo...

Estimado Tumbaito

Gracias por tus generosas palabras. Lo hacen a uno sentir que el esfuerzo vale la pena. Acabo de visitar tu blog, y tus posts son tan amenos como agudos. Me gustó ese en que haces una analogía entre un convento y una universidad…


Saludos cordiales

Martín

Martín Palma Melena dijo...

Hola, Danza

Tienes razón, la novela ha sido muy sobredimensionada y, creo, más por la controversia en sí misma que por la obra. Y grato tenerte nuevamente de visita

Saludos

Martín

darling dijo...

Pienso que El Código debe tomarse como lo que es: una novelita bien "televisiva" como dice El Chepis. La forma en que está estructurada, con capítulos súper cortos, hace que personas que jamás tocan los libros puedan leer cómodamente éste y como la trama no deja de ser interesante, se emocionan. Vamos... No juzguemos tan duramente a Dan Brown, después de todo ha conseguido que muchos analfabetos lean, quizá eso los estimule a leer obras más interesantes... Pero como dice El Chepis, ojalá no cojan otra de Dan Brown, están remalas. ¡Hay tanto por leer y tan poco tiempo!

BTW, acabo de terminar el último libro de cuentos de nuestro peruano y creativo Gustavo Rodríguez: "Trece mentiras cortas". Recomendado. Al igual que sus dos anteriores novelas. Este chico no deja de sorprenderme.

Martín, me pareció un buen análisis del fenómeno Brown. Espero nos sorprendas pronto con otro :) ¡Qué abusiva! Jajaja.

Martín Palma Melena dijo...

Hola, Darling

Plenamente de acuerdo contigo, el problema es el riesgo de desinformación que esta «novelita televisiva» pudiera causar. Y gracias por recomendarnos tus más recientes lecturas, ojalá lo hagas más seguido. He visitado tu blog y me admiro de tu talento para elegir fotos muy elocuentes, a las que colocas titulares muy precisos.

Saludos

Martín

Carmen dijo...

Estoy de acuerdo que esta pelicula/libro hay que verla como lo que es, una novela, sin entrar en polémicas. De todas formas da que pensar (Y si fuerta cierto?) ¿Por que no? Entiendo que la Iglesia se pusiera nerviosa pero de que hay miedo? es solo una novela! o no...
Saludos desde Barcelona

Martín Palma Melena dijo...

Estimada Carmen

¿De qué hay temor? Temor de la desinformación y ambigüedad de esta novela que se presenta como histórica, cuando no lo es, y como bien documentada, cuando no lo está; temor de las intrigas que puede generar en un público no siempre bien informado que es entre el que más se ha divulgado esta obra. Pero no descarto en el futuro poner algunos ejemplos del poco rigor de Brown en sus datos históricos…

Saludos

Papeto dijo...

Bueno, llegué tarde a comentar sobre esta publicación. Pero valga la pena decir que siempre he sido un lector muy muy voraz -el primer libro que me leí, La Cabaña del Tío Tom, lo acometí cuando tenía como cinco años- y en Febrero estuve en casa de una tía en Bogotá, mientras realizaba algunas vueltas de la familia. Ví en la repisa El Código y, como había tenido ganas inmensas de adquirir las anteriores novelas de Brown, lo abrí, comencé la lectura y no lo pude soltar sino tres días después, en medio de una carcajada fenomenal. Le quedo muy agradecido al señor Brown, hace un libro bastante mediocre: ¡Por Dios, ¿quién se cree algo tan flojo como que un par de perfectos desconocidos, en una escena del crimen, en medio de un país extranjero, van a poder solucionar un supuesto enigma que tiene más de dos mil años de antiguedad en el curso de un par de días, con la poli pisandoles los talones, un peligroso grupo paramilitar católico a punto de asesinarlos y un magnate intrigando detrás de estas fuerzas oscuras? Faltaron brujas volando en escobas y alguna sesión de espiritismo con algún fantasma famoso, no sé, el mismo Da Vinci o de repente Voltaire o ¡no! El espíritu del jovial y estafador Conde Saint Germain, quien con sus mentiras hizo las delicias de la corte del s. XIX en Europa -y que hoy es adorado como una especie de dios Neo-Mesías por el movimiento Nueva Era en todo el mundo-... con el fin de que de tan espirituales fuentes pudieran cubrir los huecos argumentales de ese libro tan tan flojo...
Por supuesto, no ví la película. Por regla general, las películas basadas en libros no alcanzan ni la mitad de calidad del libro original, y si este fue tan malo, ¡no m imagino lo estúpido de la película!
Y comparto la apreciación de todos: sobredimensionada la importancia de la película, increíble despliegue de marketing en todo el mundo y, bueno, agradezco el comentario del Chepis sobre los anteriores libros de Brown. Prometido: no los voy a leer, casi no tengo tiempo para leer y perderlo -como ahora, jajaja-, como para desperdiciarlo de esa manera.
Les recomiendo en todo caso que busquen en Discovery Chanell y en History Chanell el documental que hicieron llamado "Más allá del Código Da Vinci", en donde van a los sitios en los que Brown recrea la pelí, no lo he visto pero debe ser muy bueno, ése sí -supongo.
Saludos.

Martín Palma Melena dijo...

Hola, Altayre

Nunca es tarde para acoger tus siempre interesantes comentarios. En general, estoy plenamente contigo con respecto a la película y la novela «El Código…». El problema es que, como ya apunté en comentarios anteriores, este libro puede causar mucha desinformación. Y sí vi el documental «Más allá del Código Da Vinci». Lo difundieron en History Channel. Otro documental muy interesante sobre «El Código» fue uno de National Geographic. Allí muchos historiadores y académicos desmienten a Brown y el programa concluye que no hay cómo probar históricamente muchas de sus afirmaciones, algo que ya sabemos.

Un abrazo

Martín

Hilda dijo...

Hola, ya me di tiempo para leer el artículo y dejarte comentario en tu blog.

En lo particular yo disfruté muchísimo del Código DA Vinci porque la intriga policial y espionaje son de mis géneros favoritos.

Yo creo que una novela tiene que ser vista como tal y por tanto no debemos creerla de forma literal. Yo creo que ni aún las historias noveladas porque el elemento novela permite fantasear sobre un hecho. Para aprender historia, leamos un libro de historia. Por lo menos lo veo así. Aunque por supuesto no sé mucho de los géneros en la literatura y me agradó como explicas la diferencia entre ellos. Yo no conocía la ucronía por ejemplo.

Y esa nota del autor, sobre las obras de arte, etc., yo creo que fue el gancho para incitar la curiosidad. Yo estuve en Roma y no todas las obras de arte están donde dice el libro.

Sin embargo es cierto que si no se tiene bien establecido los límites, habrá muchos que sí lo crean, sobre todo si nos guiamos por esas estrategias de marketing muy bien utilizadas.
Por tanto me gustó mucho lo que pones de que es diferente entender por la razón y por los sentidos.

Saludos. Hilda

Diablosazules dijo...

Creo que eres muy crítico al desenvainar cada detalle histórico relevante del CDV, sin embargo creo que has olvidado, o no te has dado cuenta, que el verdadero fondo del libro, el mensaje, no es el matrimonio de María con Jesús o que hayan engendrado hijos, entre otras aristas insustanciales como muertes y conspiraciones; no, es el hecho de planterase el rol femenino en la Iglesia: ¿Por qué tanto machismo y misoginia en una insitución que basa sus reglamentos e ideologías en el amor, el perdón y la no-discriminación?

Saludos.