domingo, febrero 05, 2006

El jardín secreto

Frances Hodgson Burnett (1849-1924) fue una autora inglesa, emigrada a Estados Unidos, que entre sus obras infantiles sobresale una que escribió a los 62 años, El jardín secreto, por haber tenido en la pantalla más adaptaciones, protagonizadas respectivamente por Margaret O´Bryen (1949), Gennie James (1987) y Kate Maberly (1993).

La versión de 1993 la vi recientemente. El productor fue el conocido Francis Ford Coppola; la directora, la polaca Agnieszka Holland y el diseñador de producción, Stuart Craig.

Craig merece destacarse como especialista en ambientaciones británicas de época. Su nombre puede reconocerse en créditos de realizaciones como Gandhi (1982), Greystoke (1984), El Paciente inglés (1996) y la saga de Harry Potter.

El personaje central de El jardín secreto es Mary Lennox, huérfana que pierde a sus padres en un terremoto en La India. Llegada a Inglaterra, tiene un frío recibimiento de la señora Medlock, clásica ama de llaves victoriana, versión femenina del señor Stevens, mayordomo británico encarnado por Anthony Hopkins en Lo que queda del día (1993).

La señora Madock dirige al personal doméstico de la mansión de lord Craven, aristócrata muy deprimido por le muerte de su esposa, hermana gemela de la difunta madre de Mary.

Mary va entendiendo paulatinamente que en aquella mansión ya nunca más será aquella niña privilegiada que era en La India, cuando sus padres vivían, algo que percibe inicialmente con Martha, institutriz que le asignan y que si bien la atiende amablemente tampoco le rinde pleitesía. Esto al principio molesta a la pequeña Mary, quien talvez habría estado habituada ya no sólo a ser mimada sino hasta reverenciada por sus criadas hindúes, síntoma del colonialismo británico imperante en aquel entonces… Esto lo deduzco porque Martha siempre es atenta y consentidora con Mary, quien todavía así no deja de percibir el trato de esta criada, al menos al principio, como demasiado horizontal para su gusto… Sin embargo, la dulzura de Martha hace que Mary aprenda lo que es ser niña…

A pesar de su arrogancia inicial, Mary también refleja una entereza admirable para sus diez años, pues nunca llora después de la muerte de sus padres, y no porque no se sienta afectada. Pero también posee una gran sensibilidad y aparenta dureza como una forma de protegerse; sensibilidad que salva su carácter de ser arbitrario para volverlo valiente y comprometido… La entrega a los demás demanda más valor que el abuso: en ese sentido Mary mostrará un gran coraje para los desafíos que enfrentará…

Mary va observando lo poco que conoce a la familia de su difunta tía carnal. Era casi una extraña para lord Craven, su único tío y pariente que casi no conoce. Él la recibe una vez en su despacho y hasta le plantea llevarla a un internado, algo que no se conreta… Pero el colmo de este distanciamiento familiar es cuando Mary descubre que en aquella mansión vive también un primo de su edad cuya existencia desconoce: Colin, el hijo de lord Craven

Extremadamente sobreprotegido, Colin está postrado en una cama porque supuestamente no puede caminar. Está incapacitado para todo por una salud que en realidad no es tan frágil como le han hecho creer. Es prisionero de sus miedos y de la peor de las cárceles: la psicológica. Tiene a su disposición los inmensos paisajes que rodean su mansión, pero nunca sale de su cuarto temiendo contagiarse con las esporas y microbios del medio ambiente (¿?), rasgos paranoicos que me hicieron inevitable una comparación con ese Howard Hughes interpretado por Leonardo Di Caprio (2004). Aunque Colin es ficticio y el millonario aviador fue real, sus semejanzas me hacen preguntarme si no habrá un síndrome propio de personas sobreprotegidas que se aíslan para no contaminarse del mundo… Pero no quiero salirme del tema…

Colin nació muy débil y al poco tiempo murió su madre. Como sufrió demasiado por la muerte de su esposa, Lord Craven no toleraría que algo también le pasara a su hijo, así que prefiere verlo lo menos posible: su lógica parece que cuanto menos lo vea menos se encariñará con él y, así, menos sufrirá... De otra forma no se explica que casi no visite a su propio hijo, aun cuando a éste lo sabe postrado en una cama…

Todo el personal de servicio brinda excesivas atenciones a Colin. Es lo mejor y lo único que saben hacer con él, pero no lo dejan desarrollarse, sólo refuerzan más su cautiverio… Pero ¿qué más pueden hacer? Sus roles son de criados y no de educadores. No están en posición de detectar qué realmente necesita Colin, ni él mismo parece conocerlo concientemente por su corta de edad, y aunque lo supieran no podrían hacer nada, caso incluso del de la dominante señora Madock, que es la que más autoridad tiene…

En este contexto, Colin necesita de alguien que le diga sus verdades, que energicamente lo saque de esa prisión dorada, que tenga esa mezcla de sabiduría e ingenuidad para trascender las barreras sociales y descubrir qué anhela el verdadero niño oculto tras aquel aprendiz de lord…

Aunque parezca mentira, quizás la sabiduría de esta historia infantil podría ayudarnos a atender a adultos muy complejos como el ya mencionado Hughes, quien talvez en el fondo sólo habría deseado lo que Colin ignora cómo pedir y que sólo la pequeña Mary puede vislumbrar con esa lucidez sólo propia de la inocencia…

Desconozco cuántas biografías habrá escritas sobre el millonario aviador, pero quizás pocas brinden ciertas claves para entenderlo mejor como ésta simple historia de El jardín secreto, por más infantil y ficticia que sea... Será porque nadie puede entender al adulto si primero no conoce al niño… De allí que las obras infantiles tienen mucho más riqueza de la imaginada.

Y ya no les sigo contando para que solos vean el desenlace. Ni siquiera voy a decirles por qué la película se llama El jardín secreto para dejarles la inquietud.

La película podría parecer muy lenta pero sería bien aprovechada si los padres le extraen enseñanzas que compartir con sus hijos.


Notas:

La foto corresponde a Frances Hodgson Burnett, autora de la obra El jardín secreto, que inspiró a la película homónima dirigida por Francis Ford Coppola

Cortesía de la imagen:
http://img.tfd.com/authors/burnett.jpg


Fuentes

Frances Eliza Hodgson Burnett.
Enciclopedia® Microsoft® Encarta 2001.
© 1993-2000 Microsoft Corporation.
Reservados todos los derechos.

The secret garden (1987)
www.wherehouse

The secret garden (1993)
www.eofftv.com

Frances Eliza Hodgson Burnett en el cine
www.alohacriticon.com