jueves, abril 24, 2008

Ben Hur: la diferencia entre la ficción y la virtualidad…



Fuente: Content Answer

Sobre Ben-Hur (U.S.A., 1959) si mal no recuerdo: por un lado, mis padres me llevaron al cine a verla cuando tenía aproximadamente ocho años; por otro lado, fue mi primer film en Semana Santa que disfruté como uno de acción y con el que aún así sentía no transgredir el recogimiento debido en esa época del año. Y digo que a esa producción la disfruté como una de acción pues su género en realidad sería más propiamente épico.

Ben Hur es uno de esos largometrajes que he visto repetidamente y que no deja de tener en mí resonancias iguales pero siempre renovadas, algo que lejos de dificultar facilita el hallar nuevos elementos…

A diferencia de cintas como El Gladiador (U.S.A. 2000), Ben-Hur tiene el valor agregado propio de los productos hechos a mano: el despliegue fue realizado con extras de carne y hueso; la utilería y la vestimenta y los escenarios son reales y tangibles; no hay de por medio efectos especiales por computadora y uno realmente se siente transportado (aunque sí existen juegos de cámara y algunos escenarios tienen una discreta atmósfera de utilería, elementos quizás detectables por un ojo avizor pero portadores de ciertos resabios rancios que lejos de atenuar nutren la ficción).

Entre Ben Hur y El Gladiador existen las mismas diferencias que entre la primera película de La Guerra de las Galaxias, Una Nueva Esperanza (U.S.A., 1977), y su primera pecuela, La Amenaza Fantasma (U.S.A., 1999).

¿A qué me refiero? A que por ejemplo en lo personal me sigo inclinando en el caso de la saga espacial más por la versión de 1977, a la que percibo sí en un entorno de ficción pero no en uno de virtualidad, me explico: al menos en el Cine, la ficción al necesitar ser verosímil (aunque sea algo) debe ser encarnada por personas verdaderas y ser representada por objetos tangibles (o ser dibujada por personas que sin embargo siempre dejarán su impronta humana en el caso de los dibujos animados); pero la virtualidad podría hasta insertarnos en una lógica muy propia que eventualmente ya ni siquiera requeriría ser verosímil…

En otras palabras: la ficción para ser verosímil requiere ser con respecto a la realidad no idéntica pero sí análoga (identidad y analogía son cosas muy distintas); en cambio, la virtualidad en ocasiones pareciera no necesitar de tal analogía…

Los dibujos animados hechos por ordenador no lo son propiamente; son más semejantes al entorno virtual de un sofisticado software de diseño gráfico.

Alguno me dirá que por ejemplo la película Ratatouille (U.S.A., 2007) es diseñada por computadora y es sí análoga a la realidad, pero incluso allí: primero, los trazos humanos no son percibidos ni siquiera de forma subliminal; segundo, puede hablarse no exactamente de dibujos animados sino de únicamente animaciones aunque ¿de qué clase?

Es decir, a los roedores de Ratatouille ¿cómo entenderlos bajo la lógica de una ficción (la que como repito para ser verosímil siempre necesita de cierta analogía con la realidad)? ¿Como unas marionetas animadas pero con unas texturas de pelaje ya muy naturales? ¿Como unos dibujos animados aun cuando no parezcan precisamente dibujados? ¿Como una combinación de muñecos plásticos y de gráficos animados (que ya no dibujos)? Y en este último caso ¿con qué referente de la realidad asociamos por analogía tal combinación en esas animaciones?

Bueno, dirán ustedes, ¿adónde quiero llegar? A que a la naturaleza de los personajes de Ratatouille sólo podremos entenderlos desde una lógica sólo propia de la virtualidad.

La Guerra de las Galaxias
de 1977 hasta ahora la sigo sintiendo como una ficción verosímil; la sigo sintiendo como una película y no o bien como un video juego o bien como un escenario virtual sólo algo más elaborado que Second Life. En cambio, por ejemplo, sobre un film como The Matrix (U.S.A., 1999), ya estaríamos hablando de virtualidad porque en algunas de sus escenas los efectos especiales a la realidad no la transgreden sino le son ya connaturales…
Una ficción debe discurrir con la lógica de la realidad para que nos sorprendamos con la ruptura y el contraste generados por la fantasía; ruptura y contraste a la que exigimos alguna coherencia pues tampoco queremos ser tomados por ingenuos…
En The Matrix a veces vislumbramos un mundo virtual en el que fantasía y realidad no se contrastan sino o bien simplemente conviven con la mayor normalidad o bien fácilmente se puede pasar de un lado al otro sin mayores problemas o sin mayor coherencia… Y aquí podemos hablar no exactamente de un absurdo sino de una ¿lógica distinta o sui generis? O sea: una lógica virtual

Por eso, por la ficción verosímil (que no virtualidad) de sus escenarios y extras, Ben Hur me provoca seguir viéndola, porque inconscientemente me sigue transportando a la época de los romanos (que me disculpen los historiadores semejante generalidad, pero ustedes me entienden). En cambio, El Gladiador podrá carecer de tanta virtualidad como The Matrix, pero algún tufillo tiene (ese coliseo romano tiene cierta aura digital)…

Esta Semana Santa fue la vez más reciente (que no sé si la última) que volví a ver Ben Hur (y entera). Los últimos años la había visto entrecortada, como de paso cuando se cambia de canal a cada rato con el control remoto. Pero por alguna razón este año me nació verla completa. Reviví la escena de la carrera de cuadrigas en la que el Carro de Judá Ben-Hur (Charton Heston) es jalado por corceles blancos y el de Messala (Stephen Boyd) por corceles negros: una perfecta metáfora de la lucha entre el bien y el mal en un escenario muy verosímil y nada virtual. Reviví el dilema sobre si Judá debía matar a su ex amigo por haberse ensañado tan cruelmente con su madre y hermana; dilema como ésos tras los cuales las convicciones saldrán más fortalecidas si logran superarlo; dilema como ésos que sólo pueden representar un buen argumento y un buen guión…

Sin embargo, unos pocos días después me enteré que había fallecido Charton Heston, el protagonista de esta producción… Rara coincidencia… Ahora, sí percibí muy controvertido al Charton Heston que me presentó Michael Moore en Bowling for Columbine (U.S.A., 2002). Si algún homenaje debo hacer, será al Charton Heston en su rol de Ben Hur, el que me pareció más verosímil por más humano...

sábado, abril 05, 2008

Porta 9: entrevistas literarias en la Red


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(Fuente : El Hablador)

Porta 9 aspira a ser un portal de entrevistas literarias en formato de video (acaso el primer intento en su género en Internet en el Perú, aunque ese dato deberé confirmarlo), gracias a tecnologías como la de Google Video.

Según el avance promocional que podrán ver en el sitio, este programa estará a cargo de Francisco Ángeles (periodista peruano), quien entrevistará a escritores peruanos (e imagino también que a otras personalidades vinculadas al quehacer literario) no sólo de Lima sino también de provincias (debe destacarse el esfuerzo por la descentralización).

Según observo en la bitácora de la revista El Hablador, las emisiones serán a partir del lunes 7. Al menos, el proyecto promete.

miércoles, abril 02, 2008

Nueva edición de Narrativas


Ya salió la edición número nueve de Narrativas. ¿Qué puedo decir? Como siempre muy recomendable. Adelante y disfrútenla (por si acaso: el formato de la revista está en PDF).