Babel (U.S.A., 2006) es una cinta conformada por algunas historias paralelas que, aunque ubicadas en diferentes partes del mundo, están vinculadas entre sí no sólo por algunas aristas argumentales sino además por el mensaje de fondo de que, sin importar qué distanciados estemos geográficamente, nuestras vidas están entrelazadas y nuestros actos individuales tienen repercusiones sociales y hasta mundiales de formas insospechadas; no obstante, seguimos viviendo recluidos en nuestra propia burbuja, más allá de la cual todo nos resulta indiferente o desconocido o desdibujado por los lentes empañados de nuestros prejuicios…
En suma, las historias de Babel nos muestran lo tan interconectados que estamos hoy en día en algunos sentidos, pero lo tan distanciados que también estamos en muchos otros sentidos. En esta película nos sentimos reflejados en una aldea global que puede habernos puesto abruptamente cara a cara con personas que nos son muy distintas por muchas razones, pero como seguimos mirándolas a través de la idea que tenemos de ellas y no como realmente son como humanos, todavía no estamos preparados mental ni cultural ni emocionalmente para tal encuentro…
En Babel la sospecha y la incomprensión son recurrentes y planteadas de forma muy creíble, lo que nos motiva a buscar explicaciones, tal vez la realidad nos desborda y no tenemos tiempo ni capacidad para procesarla con la celeridad que exigen los tiempos actuales, entonces preferimos enmarcarla en angostos parámetros (siempre más fáciles de comprender), como por ejemplo las burdas generalizaciones o los prejuicios, que nos convierten en victimarios (y también en víctimas) porque quienes no son desconocidos y diferentes nos intimidan y si fracasamos en el intento de entenderlos (si es que realmente hubo tal intento) preferimos enclaustrarlos en nuestros estrechos esquemas mentales, y lo mismo hacen con nosotros quienes también nos perciben como desconocidos y diferentes. Y de allí que todos nos observemos recíprocamente con dichos prejuicios, atmósfera que nos vuelve más aprensivos y temerosos de que al menor paso en falso terminemos malinterpretándonos, estigmatizándonos y sufriendo incluso consecuencias graves. Es decir, prejuicios siempre ha habido, pero ahora más que nunca porque hemos sido embestidos por una realidad tan compleja y heterogénea que no logramos decodificar y que desesperadamente queremos ordenar ubicándola dentro de parámetros que nos parecen más familiares y seguros, algo que hace que la burbuja que habitemos siga reduciéndose cada vez más. Y de allí que a inicios del siglo XXI y en plena era de la Globalización estemos más cerca que nunca antes, pero también más distanciados que nunca antes.
Todas estas digresiones bien explicarían que en el panorama presentado por Babel los personajes no se comprendan o se miren con desconfianza o ya no como personas sino como estereotipos (una forma de empobrecer la realidad).
Así, si eres una mexicana que trata de cruzar la frontera hacia Estados Unidos con dos niños gringos que criaste desde que nacieron, pues lo más probable es que los hayas secuestrado o Dios sabe qué otras cosas.
Si eres un niño marroquí, y tu padre te regaló un rifle para cuidar a tus ovejas de los chacales, pero te pones a probar tu puntería con un autobús de turistas, en el que terminas hiriendo a una ciudadana norteamericana, pues nadie niega que hiciste algo grave y que hasta tal vez merecerías ser recluido en una correccional para menores, pero como eres marroquí corres el riesgo de que ya no sólo tú sino toda tu familia termine identificada como terrorista y hasta acribillada; corres además el riesgo de que las autoridades norteamericanas crean de que Marruecos ya no es un destino turístico recomendable porque hay células terroristas…
Si eres un turista norteamericano cuya esposa fue herida en Marruecos por una bala perdida, pues te expones a que el resto de turistas, incluso compatriotas tuyos, terminen abandonándote en algún remoto pueblo, porque qué pena lo que le pasó a tu cónyuge pero todos estamos apurados…
Si eres una adolescente japonesa sordo-muda, las cosas no te serán menos desfavorables… Si ya los que pueden hablar y oír les es difícil entenderse y se muestran indiferencia, entonces ¿a ti qué te queda? Pues otorgar tus favores sexuales ya no por dinero, porque lo tienes y no lo necesitas, sino por un poco de afecto, por una simple caricia…
Si eres un padre japonés y quieres mostrarle a tu hija que te preocupas por ella, que quieres hallar un espacio dentro de tu estrecho horario para salir juntos y conversar y conocerla más, pues ella preferirá dar prioridad a las salidas con sus amigas pero sin dejar de enrostrarte lo desconsiderado que eres y la poca atención que le brindas… Y tú quieres comprenderla pero no sabes cómo pues ambos no sintonizan…
Por tanto, lo que me sugirió Babel es un mundo donde ya no somos personas individuales, únicas e irrepetibles, sólo somos perfiles… Me explico: si somos latinoamericanos o musulmanes, pues tengamos cuidado porque al menor error podemos despertar sospechas; si somos norteamericanos pues ni se nos ocurra pedir ayuda por haber pasado por un mal momento, pues nuestra sociedad puede perdonar nuestros excesos y escándalos, pero nunca nuestros fracasos, ya que finalmente Adam Smith decía eso de que, en la Libre Competencia, la ambición individual se traduce indefectiblemente en el bienestar común y, por ende, debemos ser individualistas a más no poder, y esa cuestión de la solidaridad atañe ya a la beneficencia o al Ejercito de Salvación, y bastante tienen los demás con sus propios problemas e intereses, y si los descuidan para ayudarnos ya no podrán contribuir al bien común, el que bajo esa lógica individualista nos exige vernos como competidores o con indiferencia y no como hermanos, mentalidad reflejada incluso en situaciones muy puntuales, como aquella ya mencionada escena donde un turista es abandonado junto con su esposa herida… (Valga la aclaración: siempre me ha parecido contradictoria esa frase de que la ambición individual ayuda al bien común, y ¿qué pasa si nuestras ambiciones colisionan con la de los demás? En fin, no quiero salirme del tema…)
Esta película también me sugirió que incluso un entorno donde estemos rodeados de gente de nuestra misma lengua y cultura puede resultarnos una Torre de Babel, pues finalmente la comunicación no es sólo verbal, ya que literalmente podemos tratar de decirnos muchas cosas pero emocional y mentalmente nunca sintonizamos. Dicho de otra forma, lo que hace que vivamos en una Torre de Babel no es que tengamos idiomas o culturas diferentes (obstáculos no insuperables si hay buena voluntad) sino que seamos egoístas e incapaces de captar las necesidades ajenas… Y si eso sucede con nuestro círculo inmediato ya qué podrá ocurrir en otros círculos…
En este contexto, incluso nuestro mundo cada vez más interconectado lejos de acercarnos puede distanciarnos mucho más, ya que las nuevas tecnologías de la información sólo servirían para reproducir a escala mundial nuestros malos entendidos, cuyas consecuencias podrían ser desproporcionadas en relación al hecho que las provocó. Y esta situación es muy viable mientras nos sigamos viendo como unos desconocidos, como islas entre las que no hay ningún puente…
Y no es que no podamos entendernos sino que o somos ociosos (en algunos casos) o temerosos (en la mayoría de ellos) o demasiado egoístas para conocernos un poco más cuando nos percibimos como diferentes, y por eso nos vemos no como personas sino como imágenes distorsionadas por esas ventanas empeñadas que son nuestras ideas preconcebidas: es decir, más fácil es pensar que todos los latinoamericanos, musulmanes o norteamericanos son respectivamente posibles ilegales o terroristas o imperialistas prepotentes; mucho más difícil es persuadirnos de que cada persona es única e irrepetible, que nunca está determinada por su origen y que en todos lados los hay buenos y malos, sea en China, Ecuador o Suecia; mucho más difícil es ver más allá de los prejuicios para descubrir a la persona particular y concreta; mucho más difícil es salir de nuestro ensimismamiento, que incluso podría conducirnos a que sintamos como una Torre de Babel nuestro propio hogar, y a que nos volvamos tan sordos y mudos como aquella adolescente japonesa de este film…
Babel indudablemente lleva aspectos de la realidad a extremos, que son inquietantes no por como son dramatizados sino por lo verosímil que nos resultan… De pronto no nos parece descabellado que las historias paralelas de esta cinta realmente puedan ocurrir, y eso es lo que nos deja desconcertados…
Datos de la película
Babel. Guión de Guillermo Arriaga. Dirección de Alejandro González Iñárritu. Actores. Brad Pitt, Cate Blanchett, Rinko Kikuchi, Adriana Barraza, Mohamed Akhzam, Gael García Bernal, Elle Fanning, Nathan Gamble y Koji Yakusho, 2006.
En suma, las historias de Babel nos muestran lo tan interconectados que estamos hoy en día en algunos sentidos, pero lo tan distanciados que también estamos en muchos otros sentidos. En esta película nos sentimos reflejados en una aldea global que puede habernos puesto abruptamente cara a cara con personas que nos son muy distintas por muchas razones, pero como seguimos mirándolas a través de la idea que tenemos de ellas y no como realmente son como humanos, todavía no estamos preparados mental ni cultural ni emocionalmente para tal encuentro…
En Babel la sospecha y la incomprensión son recurrentes y planteadas de forma muy creíble, lo que nos motiva a buscar explicaciones, tal vez la realidad nos desborda y no tenemos tiempo ni capacidad para procesarla con la celeridad que exigen los tiempos actuales, entonces preferimos enmarcarla en angostos parámetros (siempre más fáciles de comprender), como por ejemplo las burdas generalizaciones o los prejuicios, que nos convierten en victimarios (y también en víctimas) porque quienes no son desconocidos y diferentes nos intimidan y si fracasamos en el intento de entenderlos (si es que realmente hubo tal intento) preferimos enclaustrarlos en nuestros estrechos esquemas mentales, y lo mismo hacen con nosotros quienes también nos perciben como desconocidos y diferentes. Y de allí que todos nos observemos recíprocamente con dichos prejuicios, atmósfera que nos vuelve más aprensivos y temerosos de que al menor paso en falso terminemos malinterpretándonos, estigmatizándonos y sufriendo incluso consecuencias graves. Es decir, prejuicios siempre ha habido, pero ahora más que nunca porque hemos sido embestidos por una realidad tan compleja y heterogénea que no logramos decodificar y que desesperadamente queremos ordenar ubicándola dentro de parámetros que nos parecen más familiares y seguros, algo que hace que la burbuja que habitemos siga reduciéndose cada vez más. Y de allí que a inicios del siglo XXI y en plena era de la Globalización estemos más cerca que nunca antes, pero también más distanciados que nunca antes.
Todas estas digresiones bien explicarían que en el panorama presentado por Babel los personajes no se comprendan o se miren con desconfianza o ya no como personas sino como estereotipos (una forma de empobrecer la realidad).
Así, si eres una mexicana que trata de cruzar la frontera hacia Estados Unidos con dos niños gringos que criaste desde que nacieron, pues lo más probable es que los hayas secuestrado o Dios sabe qué otras cosas.
Si eres un niño marroquí, y tu padre te regaló un rifle para cuidar a tus ovejas de los chacales, pero te pones a probar tu puntería con un autobús de turistas, en el que terminas hiriendo a una ciudadana norteamericana, pues nadie niega que hiciste algo grave y que hasta tal vez merecerías ser recluido en una correccional para menores, pero como eres marroquí corres el riesgo de que ya no sólo tú sino toda tu familia termine identificada como terrorista y hasta acribillada; corres además el riesgo de que las autoridades norteamericanas crean de que Marruecos ya no es un destino turístico recomendable porque hay células terroristas…
Si eres un turista norteamericano cuya esposa fue herida en Marruecos por una bala perdida, pues te expones a que el resto de turistas, incluso compatriotas tuyos, terminen abandonándote en algún remoto pueblo, porque qué pena lo que le pasó a tu cónyuge pero todos estamos apurados…
Si eres una adolescente japonesa sordo-muda, las cosas no te serán menos desfavorables… Si ya los que pueden hablar y oír les es difícil entenderse y se muestran indiferencia, entonces ¿a ti qué te queda? Pues otorgar tus favores sexuales ya no por dinero, porque lo tienes y no lo necesitas, sino por un poco de afecto, por una simple caricia…
Si eres un padre japonés y quieres mostrarle a tu hija que te preocupas por ella, que quieres hallar un espacio dentro de tu estrecho horario para salir juntos y conversar y conocerla más, pues ella preferirá dar prioridad a las salidas con sus amigas pero sin dejar de enrostrarte lo desconsiderado que eres y la poca atención que le brindas… Y tú quieres comprenderla pero no sabes cómo pues ambos no sintonizan…
Por tanto, lo que me sugirió Babel es un mundo donde ya no somos personas individuales, únicas e irrepetibles, sólo somos perfiles… Me explico: si somos latinoamericanos o musulmanes, pues tengamos cuidado porque al menor error podemos despertar sospechas; si somos norteamericanos pues ni se nos ocurra pedir ayuda por haber pasado por un mal momento, pues nuestra sociedad puede perdonar nuestros excesos y escándalos, pero nunca nuestros fracasos, ya que finalmente Adam Smith decía eso de que, en la Libre Competencia, la ambición individual se traduce indefectiblemente en el bienestar común y, por ende, debemos ser individualistas a más no poder, y esa cuestión de la solidaridad atañe ya a la beneficencia o al Ejercito de Salvación, y bastante tienen los demás con sus propios problemas e intereses, y si los descuidan para ayudarnos ya no podrán contribuir al bien común, el que bajo esa lógica individualista nos exige vernos como competidores o con indiferencia y no como hermanos, mentalidad reflejada incluso en situaciones muy puntuales, como aquella ya mencionada escena donde un turista es abandonado junto con su esposa herida… (Valga la aclaración: siempre me ha parecido contradictoria esa frase de que la ambición individual ayuda al bien común, y ¿qué pasa si nuestras ambiciones colisionan con la de los demás? En fin, no quiero salirme del tema…)
Esta película también me sugirió que incluso un entorno donde estemos rodeados de gente de nuestra misma lengua y cultura puede resultarnos una Torre de Babel, pues finalmente la comunicación no es sólo verbal, ya que literalmente podemos tratar de decirnos muchas cosas pero emocional y mentalmente nunca sintonizamos. Dicho de otra forma, lo que hace que vivamos en una Torre de Babel no es que tengamos idiomas o culturas diferentes (obstáculos no insuperables si hay buena voluntad) sino que seamos egoístas e incapaces de captar las necesidades ajenas… Y si eso sucede con nuestro círculo inmediato ya qué podrá ocurrir en otros círculos…
En este contexto, incluso nuestro mundo cada vez más interconectado lejos de acercarnos puede distanciarnos mucho más, ya que las nuevas tecnologías de la información sólo servirían para reproducir a escala mundial nuestros malos entendidos, cuyas consecuencias podrían ser desproporcionadas en relación al hecho que las provocó. Y esta situación es muy viable mientras nos sigamos viendo como unos desconocidos, como islas entre las que no hay ningún puente…
Y no es que no podamos entendernos sino que o somos ociosos (en algunos casos) o temerosos (en la mayoría de ellos) o demasiado egoístas para conocernos un poco más cuando nos percibimos como diferentes, y por eso nos vemos no como personas sino como imágenes distorsionadas por esas ventanas empeñadas que son nuestras ideas preconcebidas: es decir, más fácil es pensar que todos los latinoamericanos, musulmanes o norteamericanos son respectivamente posibles ilegales o terroristas o imperialistas prepotentes; mucho más difícil es persuadirnos de que cada persona es única e irrepetible, que nunca está determinada por su origen y que en todos lados los hay buenos y malos, sea en China, Ecuador o Suecia; mucho más difícil es ver más allá de los prejuicios para descubrir a la persona particular y concreta; mucho más difícil es salir de nuestro ensimismamiento, que incluso podría conducirnos a que sintamos como una Torre de Babel nuestro propio hogar, y a que nos volvamos tan sordos y mudos como aquella adolescente japonesa de este film…
Babel indudablemente lleva aspectos de la realidad a extremos, que son inquietantes no por como son dramatizados sino por lo verosímil que nos resultan… De pronto no nos parece descabellado que las historias paralelas de esta cinta realmente puedan ocurrir, y eso es lo que nos deja desconcertados…
Datos de la película
Babel. Guión de Guillermo Arriaga. Dirección de Alejandro González Iñárritu. Actores. Brad Pitt, Cate Blanchett, Rinko Kikuchi, Adriana Barraza, Mohamed Akhzam, Gael García Bernal, Elle Fanning, Nathan Gamble y Koji Yakusho, 2006.
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20 comentarios:
Martín, te voy a comentar lo que ya he dicho sobre Babel en otros blogs: Me gustó Babel, no me fascinó pero sí me gustó. Las cuatro historias que se mezclan en la película tienen muy buena estructura fílmica. Es parte de la trilogía de González Iñárritu, como señalas, y parece que a partir de aquí hará nuevas cosas con diferente forma, y qué bueno.
A los cineastas mexicanos les ha ido muy bien, me alegra mucho y ya era hora. Por ejemplo, la Academia del Cine británica concedió al mexicano Emmanuel Lubezki el premio Bafta por la fotografía de Los niños del hombre; la cinta de Alfonso Cuarón también ganó en diseño de producción. El laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro, se alzó como mejor película de habla no inglesa, vestuario y maquillaje y peluquería; Babel, de Alejandro González Iñárritu, logró el galardón en banda sonora.
Quienes trabajaron en las cintas El laberinto del fauno, Niños del hombre y Babel triunfaron ese día en el Royal Opera House, en Londres, y salieron con seis premios Bafta (Orange British Academy Film Awards) en las manos.
La gran ganadora fue la mexico-española El laberinto del fauno, con tres premios, y de entre ellos destaca el de mejor película de habla no inglesa. La cinta de Guillermo del Toro también ganó mejor diseño de vestuario (Lala Huete) y maquillaje y peluquería (José Quetglas y Blanca Sánchez).
¡Enhorabuena!
Muchos saludos.
Estimada Magda
Definitivamente los cineastas mexicanos están renovando y enriqueciendo al Cine de habla inglesa, y un buen ejemplo de ello son «Babel» e «Hijos de los hombres», películas que recientemente he visto. Lo que me gusta es la impronta que ellos dejan en sus producciones: una riqueza y complejidad argumental que invita a la reflexión…
Ahora, «El laberinto del fauno» está entre mis pendientes, al menos he oído hablar mucho de esa cinta y debo verla.
Más bien, te agradezco por haberme puesto al día e ilustrado sobre como los hispanos últimamente se están abriendo campo en el mercado europeo y norteamericano. Tantos galardones juntos en tan poco tiempo inspiran buenos augurios…
Un gran saludo
Todos somos inmigrantes, estemos donde estemos, porque no pertenecemos ya sino a una ciudad única e inaprehensible, la babel del posmodernismo. Alejandro González trasmite bien esa incomunicación y, ya se sabía con su anterior filmografía, es un maestro en asuntos de estructura, montaje de historias y de tiempo, aunque en esta, me parece a mí, se le fue la mano con el efecto mariposa. La historia de la japonesa nunca termina de cuajar del todo. Otra cosa: hablar de "cine mexicano" en el caso de esta película resulta un tanto paradójico ¿o no?
Todos somos inmigrantes, estemos donde estemos, porque no pertenecemos ya sino a una ciudad única e inaprehensible, la babel del posmodernismo. Alejandro González trasmite bien esa incomunicación y, ya se sabía con su anterior filmografía, es un maestro en asuntos de estructura, montaje de historias y de tiempo, aunque en esta, me parece a mí, se le fue la mano con el efecto mariposa. La historia de la japonesa nunca termina de cuajar del todo. Otra cosa: hablar de "cine mexicano" en el caso de esta película resulta un tanto paradójico ¿o no?
Hola, Ricardo
Cuando hablas de lo paradójico de hablar de cine mexicano, no sé si te refieres a que al margen de la nacionalidad mexicana del cineasta Alejandro González Iñárritu, el financiamiento de esta cinta fue norteamericano, detalle por el que algunos ponen en cuestión que Babel pueda considerarse cine latinoamericano o más propiamente mexicano. En todo caso, esta película no responde a la usual manufactura norteamericana y, por lo menos, es parte de una influencia hispana que está renovando Hollywood, y la influencia cultural es lo más importante de destacar, más allá de la nacionalidad del capital que la financie.
Cuando dices que la historia de la japonesa no cuadra del todo, quizás te refieras a que debió tener muchos más vasos comunicantes que la conectaran de manera más verosímil todavía a las otras historias.
Pero creo que en realidad este cineasta explora las múltiples posibilidades que tienen nuestros actos de tener repercusiones insospechadas en historias que no son bastante ajenas y que bien podrían estar al otro lado del mundo. Y tal vez allí podría explicarse la historia de la japonesa en este film.
Ahora, el efecto de la transnacionalidad, dada las constantes olas migratorias, hace que uno sienta debilitado su sentido de pertenencia, aun cuando nunca haya salido del país, pues ¿quién no tiene un hermano o un amigo del colegio o un primo que ya está afuera…? Y es indudable que nuestros seres más allegados son los que también afianzan nuestro arraigo a un lugar, y si ellos se van, pues nos sentimos un poco extraños en nuestra propia nación. Y si, como señalas, todos somos un poco inmigrantes estemos donde estemos, pues ahora más que nunca.
Saludos
Martín,me gustaría comentarte algo: los mexicanos no somos hispanos, los hispanos son los españoles. Aunque en USA nos dicen "hispanos" a todos los latinoamericanos, de México a Chile, aquí en México eso no se usa ni se dice, no existe para nombrarnos, por ello te dije "A los cineastas mexicanos".
Ahora, hay una convención internacional que dice, hablando de Literatura: La literatura hispanoamericana abarca a España y México y Centro América y Sudamérica, todos los países a donde se habla español, y la Literatura Latinoamericana abarca los países adonde se habla español más las Guayanas y Brasil, que no hasblan español pero son Latinoamericanos.
En fin, cosas de costumbres que no existen pero que muchas veces se copian de USA.
Un abrazo.
Ah, otra cosa: por un lado el dinero para financiar una pelícuila puede ser aleman, español, ruso, gringo o de donde sea, pero el cerebro que crea la película, el guien, la dirección, etc., es la que hace a la película, la inteligencia. El dinero la realiza materialmente, y la significación y el valor de lo que vemos es del cerebro que la crea. Si yo te pagara a ti para que me hicieras un trabajo, por ejemplo, ¿el trabajo llevaría mi nombre? ¿sería mio? ¿valdría por lo que hiciste tu y dice tu trrabajo o valdría por mi dinero? Ahí está la respuesta: Babel pudo ser con dinero gringo ¿y? el que la hizo, la creo, lan ideo, fue un cerebro, y el dinero no tiene cerebro ;)
Estimada Magda
En referencia a tu primer comentario, tienes toda la razón… hispano hace referencia a España. Como bien dices, me dejé llevar por frases como por ejemplo «la minoría hispana de Estados Unidos (la primera más numerosa de Estados Unidos, dicho sea de paso)».
Y es que la resemantización que han hecho los gringos de término hispano nos bombardea por todos lados, cuando a lo que se refieren ellos es a Latinoamérica, y uno termina influenciado casi por ósmosis. Pero hay que aprender a hablar con propiedad (y digo ósmosis porque los norteamericanos nos estarán influenciando pero nosotros también a ellos, pero eso ya sería todo un tema).
Más bien, desconocía sobre aquella convención internacional, y las diferencias que ella ha establecido entre Literatura Hispanoamericana y Literatura Latinoamericana. Pero tiene mucho sentido tales diferenciaciones aunque suelan confundirse en el lenguaje coloquial.
Es más, en mi universidad la maestría que estudio se denomina de Literatura Hispanoamericana, bajo el sobreentendido de que alude a la Literatura Latinoamericana, y más específicamente a la de habla hispana. Es decir, en estricto sentido, mi maestría debería llamarse de Literatura Latinoamericana de habla hispana.
En fin, estimada Magda, contigo siempre se aprende algo nuevo. Y gracias por la cátedra… =)
En referencia a tu segundo comentario, plenamente de acuerdo contigo, no es la nacionalidad del dinero sino el talento y la creatividad de las personas la que le ha dado una particular impronta a Babel; impronta muy mexicana y, por extensión, muy latinoamericana (espero haber hablado con propiedad esta vez). Y eso es lo que realmente importa. Aunque en un comentario anterior en este foro ya había dado una opinión parecida a la tuya al respecto.
Un gran saludo
Hé leído solo la crítica especializada de esta película, y estoy esperandola con muchas ansias, sobre todo después de ver tus referencias, Martín. DATO ANECDÓTICO: a mi ex-esposa Milbany le encanta Brad Pitt, del cual pensaba que era un actorcito carebonito made-in-jolivud; pero después de ver las pelís que ha hecho, como 12 monkies, el club de la pelea, etc; me he dado cuenta de que el tipo actúa bien.
FIN DISGRESIÓN: Las películas de Iñarritu tienen esa complejidad que percibiste en La Torre de Babel, y creo que la oportunidad que ha tenido este director mexicano de poder disponer de los fondos gringos, le ha aprovechado para marcar muy bien la diferencia en ese cine tipo hollywood tan predecible y espectacular pero por sus efectos especiales. Opino, en todo caso, que para poder percibir esa Torre de Babel no hay necesidad alguna de recrear historias en puntos tan extremos de la tierra: este tipo de perfiles los podemos vivir en casa, en nuestros porpios países, de la mano de los regionalismos. No obstante, es mucho más marcado el asunto mostrandolo de esa manera, supongo.
En fin, la dichosa Aldea Global y toda esa parafernalia que ha venido de la mano con el espectacular desarrollo tecnológico en las telecomunicaciones -es mi humilde opinión- nos hace percibir una especie de inmediatez y proximidad con el resto del mundo; pero realmente no nos acerca... ni lo suficiente, de pronto lo necesario. Seguiremos con nuestras saludables diferencias, en esta mixturas de culturas, en este salpicón de razas que es nuestro mundo. Y creo que los esfuerzos a nivel mundial deberían ir encaminados a tolerarnos mutuamente y a aprender a complementar nuestras diferencias interculturales, como, p. ej., se hace a nivel comercial.
IRONÍA FINAL: Los estadounidenses, quienes lideran esta explosión tecnológica y la apertura de mercados hacia el "mercado global", son tan proteccionistas y reaccionarios en este mismo campo como censuran que lo son los demás países que se alían con ellos económicamente...
SALUDOS: Qué bueno volver a gustar tu vigorosa pluma, Martín. Un abrazo desde Colombia.
Con referencia a Brad Pitt, tienes razón, en su filmografía registra varios intentos no por ser encasillado como sex symbol sino más bien por ser valorado como actor de carácter: o sea, por sus capacidades histriónicas más que por su carisma. Al menos en Babel tiene un buen desempeño…
Lo mismos esfuerzos podemos ver con Tom Cruise cuando protagoniza por ejemplo «Nacido el 4 de julio» (1989).
Y algo similar pasa con Leonardo Di Caprio, quien recientemente ha interpretado personajes nada planos, a juzgar al menos por «Los Infiltrados» y «Diamantes de Sangre». En esta última película encarna por ejemplo a un contrabandista cuya personalidad es algo ambigua, dado que no puede ser considerado ni bueno ni malo… No sé por qué tengo la impresión de que Di Caprio quiere seguir los pasos de Jack Nicholson o Robert De Niro. En fin, sólo es una intuición, ya el tiempo dirá…
En todo caso, los trabajos que más admiro son los de actores como Nicholson, De Niro y Pacino. También hay uno que está siguiendo esta línea y no lo hace mal, Philip Seymour Hoffman, al menos a juzgar por una cinta suya, «Capote». Aunque ya me estoy saliendo del tema…
Por otro lado, creo que al recrear historias en diferentes partes del planeta, la intención del cineasta González Iñárritu fue sugerir que vivimos no sólo en una Torre de Babel sino también en un mundo vinculado por una suerte de Efecto Mariposa (a la que hace referencia Ricardo, un anterior comentarista de este foro): esto es, hasta el menor de nuestros actos siempre tiene repercusiones en el otro lado de la Tierra…
Así, considero, dos ideas centrales en Babel son lo incomunicado que estamos (la Torre de Babel) y, paradójicamente, lo tan vinculadas que también estamos (Efecto Mariposa). Y, como bien señalas, la intención de González Iñárritu bien pudo haber sido enfatizar más esta última idea ubicando sus historias paralelas en partes de mundo muy distantes… Es una pena que Babel no ganara el Óscar a mejor película, cuando bien se la merecía…
Con respecto a la Aldea Global que mencionas, coincido con tus reflexiones, pues hay una aparente inmediatez que en realidad más bien debería ser una mediatez.
Por ejemplo, el chat o este mismo foro de comentarios de blog pueden acercarte con alguien del otro lado del planeta en tiempo real pero en realidad la relación que se establece no es inmediata sino mediata: esto es, mediatizada por un ordenador.
Es más, me atrevería a decir que un país multicultural, como ya lo está siendo Estados Unidos, aun cuando físicamente dos personas de diversas culturas convivan juntas, sus relaciones podrían ser inmediatas, en un sentido por la proximidad física, pero mediatas, en otro sentido por la mediación de los prejuicios con las que se perciben ambas, quienes nunca llegan a conocerse y a involucrarse del todo, pero esto ya es una opinión personal…
En todo caso, Altayre, gracias por la visita y un abrazo
De las 4 historias, a gusto personal, me quedo con la que sucede en Japón. La más fallida y avisada es la que sucede en México y en la frontera con U.S.A. Sentí bastante sobre-actuación en ello.
En fin. Babel no fue lo pensado en Hollywood, aunque sí en otros lados como lo dice Magda y eso, ya no es nuevo. La Academia tiene su propio diccionario. Mi favorita era El Laberinto del Fauno, por la concepción y el tratamiento escénico; luego tenía como segunda opción a Los Infiltrados, que finalmente ganó. Y como director, Scorsese, Eastwood por Cartas de Iwo Jima. Pero como ya sabemos, todo esto es subjetivo.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario en mi blog, Martín. La reflexión, creo, es vecina de la tristeza. ¿No es acaso una mirada reflexiva de la realidad la que nos ofrece González Iñárritu en Babel? Y lo que extrae de esa hondura, esa incomunicación radical de un mundo de inmigrantes ¿no es acaso desoladoramente triste? Salvo esas manos apretadas, sin palabras, del padre con su hija desnuda en medio de la iluminada noche tecnológica de Tokio. Una dudosa concesión del autor. La sensibilidad + la lucidez ofrecen sólo dos resultados: el cinismo o el suicidio.
Respecto a lo paradojico de hablar de "cine mexicano" en este caso, no lo dije por el asunto de los dólares, sino porque el planteamiento mismo de la película que ocurre como un todo coherente ( o casi) entre Estados Unidos, Marruecos, México y Japón, parece inhibir la tentación un tanto chovinista de adjetivar con la nacionalidad.
Hola, Óscar
Bueno, las historias de Babel que más me conmovieron fueron la de la japonesa y la de la mexicana, aunque sería cuestión de ver nuevamente la cinta para reparar en los detalles que me señalas sobre esta última historia
Para el Óscar a mejor película, yo hubiera puesto en primer lugar a Babel; en segundo lugar a El Laberinto del Fauno, por la manera como dos historias paralelas tan disímiles llegan a complementarse tan bien: una histórica, algo cruda y ubicada al final de la Guerra Civil Española; otra tan fantasiosa como un cuento de hadas. Sí que se necesita ingenio para armonizar tan bien dos historias tan diferentes. Y ya en un tercer lugar hubiera considerado a Los Infiltrados. Pero ya sabes eso de que sobre gustos y colores no han escrito los autores…=) Toda opinión es subjetiva, como bien dices…
En todo caso, debe celebrarse que dos films realizados por cineastas mexicanos (González Iñárritu y Del Toro) hayan tenido por lo menos varias nominaciones, aunque menos estatuillas de las que merecían. Pero algo es algo
Un abrazo
Hola, Ricardo
Déjame ser optimista, pero creo que la ecuación sensibilidad + lucidez no sólo tiene que dar como resultado cinismo o suicido sino también estimulo para hallarle sentido incluso a realidades que nos puedan parecer muy terribles. No está mal tener en la vida descontentos, el asunto es saber canalizarlos constructivamente y, aunque parezca paradójico, hasta positivamente.
Sensible y lúcido puede ser por ejemplo un terrorista que de manera errada toma las armas para buscar una justicia social pero a costa de cometer atrocidades; sensible y lúcido puede ser una persona depresiva que se le pase por la cabeza la idea de la muerte; pero sensible y lúcido pueden ser también personas como San Agustín o Gandhi, que tuvieron innegables descontentos sobre los contextos históricos en que vivieron; descontentos a los que, empero, les hallaron un sentido y los vieron como desafíos estimulantes para hacer con sus vidas obras maravillosas: ya sabes que San Agustín escribió Ciudad de Dios y es considerado uno de los pilares de la Iglesia, (junto con otros lúcidos y sensibles como Santo Tomás de Aquino o San Francisco de Asís); ya sabes que Gandhi logro la liberación de La India sin disparar una sola bala… Ojo: mociono a santos como ejemplos más allá de cuestiones confesionales…
Por otro lado, ya entiendo mejor cuando te refieres a lo paradójico del Cine Mexicano. Y es verdad: los temas que aborda Babel (la incomunicación y lo interconectado de nuestras vidas) son temas universales que están más allá de toda nacionalidad…
Un abrazo de alguien que no sé si sea lúcido o sensible pero al menos optimista… =)
Ka, un inmigrante turco en Alemania, protagonista de Nieve, la novela de Orhan Pamuk, escribe: "Ahora vuelvo a notar en mi interior esa insoportable sensación de pérdida y abandono que me hace sangrar por todas partes. A veces pienso que lo que me falta no sólo eres tú, sino el mundo entero" Y el narrador comenta: "Yo lo leía, pero ¿lo entendía?"
Pienso también en Vallejo, exiliado en París.
Y lo pienso en francés y lo escribo en castellano.
¡Pero claro que hablas con propiedad, Martin! y nada más lejos de intentar corregir, más bien quise expresar que son los gringos los que tuvieron la "ocurrencia" de abarcarnos con lo de "hispanos", que no somos, no porque sea inconveniente. Y como dices, es la influencia enorme que tenemos, pero que si lo aclaramos algo podemos aportar para que se aclaren estos detalles significativos, en mi opinión.
Hispanoamericanos o Latinoamericanos viene siendo lo mismo, a mi me gustan los dos.
Buen fin de semana, Martin.
Estimado Ricardo
Por tus párrafos desprendo que tus lecturas y tu visión del mundo podrían estar influenciadas por cierta nostalgia, producto de tu experiencia como inmigrante latinoamericano radicado en Québec (creo que esa es tu situación). De allí que te sientas especialmente sensibilizado con personajes como Ka o autores como vallejo, los que conocieron la experiencia del exilio.
Lo que puedo decirte es que toda situación (incluso la del inmigrante) está plagada de aspectos positivos y negativos, y enfocarnos sólo en los primeros o sólo en los segundos nunca nos hace objetivos, pues creo que en la vida todo es cuestión de balances… Y aun en un contexto donde nada positivo exista, pues tratemos de hallarle un sentido, desafío que se facilita si partimos de la premisa de que todo ocurre por algo en la vida; desafío que ya de por sí es razón suficiente para querer seguir viviendo, para canalizar la creatividad de manera constructiva… Y aunque parezca mentira, hasta las situaciones muy terribles agudizan el pensamiento, lo que muchas veces puede producir magníficos frutos (ahora mismo se me ocurren algunos ejemplos pero este comentario ya me salió más largo de lo imaginado). Y es que una situación terrible puede deprimirnos o puede estimularnos a buscarle sentido y respuestas… Y uno es libre de decidir si quiere ver las cosas positivamente o no, si quiere sentirse o deprimido o estimulado… Tampoco es cuestión de querer hacer de este comentario un ingenuo manual de autoayuda… Un pensamiento negativo deriva en sentimientos negativos y en actos también negativos… Y si algo quiero probarte modestamente es que, así como el cándido optimismo, los pensamientos totalmente negativos nunca son objetivos, nunca nos hace ver la correcta perspectiva de la realidad, y es que la mayoría de las veces, la sombra que proyecta una cruz que podamos cargar es mucho más grande que la cruz misma…
Un abrazo
Estimada Magda
En todo caso, agradezco tus aportes porque a todos nos hace aprender en este foro. Y es importante emplear los términos apropiados, porque muchas veces son las palabras las que en parte construyen nuestra visión del mundo; visión que será errada si las construimos con palabras erradas. Y de allí la gran importancia de tus precisiones… Más cuando medios como los blogs permiten que la riqueza de un dialogo entre dos personas pueda ser de provecho para un público más amplio
Más bien, me despido agradeciéndote nuevamente por tus comentarios…
Saludos muy cordiales
Cuando dices que la historia de la japonesa no cuadra del todo, quizás te refieras a que debió tener muchos más vasos comunicantes que la conectaran de manera más verosímil todavía a las otras historias.
downtr
Magda:
No estoy del todo deacuerdo contigo en cuanto a la acepción actual de latinoamericano e hispano. De hecho, tengo entendido que es al reves, el concepto actual de "latino" o "latinoamericano" que tenemos como propio, es realmente mas influencia estadounidense que propio nuestro. Hablar de latinoamerica seria hablar tambien de la Canada francofona, Haiti, la Guayana francesa, la isla de Guadalupe y otras mas, que sin embargo, no se identifican con este termino por que fue y es mas empleado por los estadounidenses para referirse a todo aquel que venga del "sur" y hable español. El termino de hispanismo fue ideado por un fraile español radicado en Argentina en el siglo XIX y apoyado por varios mas, yo me puedo en cierta forma con ambas denominaciones, pero mas especificamente con hispano por que refleja mas mi herencia cultural hispana. Bueno, eso es lo que yo pienso, saludos. :)
PD: Perdonen por la ausencia de acentos, pero nunca he sido bueno con ellos.
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