Galileo Galilei nació en Piza en 1564 en el seno de una familia acomodada. Recordado principalmente como astrónomo, su genialidad tuvo logros en diversas áreas: estableció la Universalidad de la Caída Libre (la gravedad acelera todos los objetos del mismo modo, sin importar su masa o composición); introdujo los infinitesimales; inventó el termómetro (termómetro lento) y prácticamente, el telescopio[1]...
Pero esa misma genialidad conllevó también la controversia y no necesariamente con la Iglesia Católica. Galileo solía divulgar sus ideas no ganándose a sus adversarios, sino confundiéndolos, refutándolos, ridiculizándolos y exasperándolos, por eso quizás muchos de ellos se distanciaron de la verdad, más por amor propio que por no querer hallarla[2]. Estos enemigos talvez influyeron en que Galileo confrontara al Santo Oficio, como después veremos, y terminara simbolizando la aparente confrontación entre Fe y Razón, tema principal de este conjunto de artículos...
Para entender que tanto Galileo simboliza esta confrontación, hay que averiguar si era propiamente un hereje y un experimentador ortodoxo, para lo cual profundizaremos en dos de los muchos méritos de su brillante carrera académica: la Teoría Heliocéntrica y la idea de la experimentación, tal como la conocemos ahora...
[2]Cfr: íbidem
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