Frances Hodgson Burnett (1849-1924) fue una autora inglesa, emigrada a Estados Unidos, que entre sus obras infantiles sobresale una que escribió a los 62 años, El jardín secreto, por haber tenido en la pantalla más adaptaciones, protagonizadas respectivamente por Margaret O´Bryen (1949), Gennie James (1987) y Kate Maberly (1993).
La versión de 1993 la vi recientemente. El productor fue el conocido Francis Ford Coppola; la directora, la polaca Agnieszka Holland y el diseñador de producción, Stuart Craig.
Craig merece destacarse como especialista en ambientaciones británicas de época. Su nombre puede reconocerse en créditos de realizaciones como Gandhi (1982), Greystoke (1984), El Paciente inglés (1996) y la saga de Harry Potter.
El personaje central de El jardín secreto es Mary Lennox, huérfana que pierde a sus padres en un terremoto en La India. Llegada a Inglaterra, tiene un frío recibimiento de la señora Medlock, clásica ama de llaves victoriana, versión femenina del señor Stevens, mayordomo británico encarnado por Anthony Hopkins en Lo que queda del día (1993).
La señora Madock dirige al personal doméstico de la mansión de lord Craven, aristócrata muy deprimido por le muerte de su esposa, hermana gemela de la difunta madre de Mary.
Mary va entendiendo paulatinamente que en aquella mansión ya nunca más será aquella niña privilegiada que era en La India, cuando sus padres vivían, algo que percibe inicialmente con Martha, institutriz que le asignan y que si bien la atiende amablemente tampoco le rinde pleitesía. Esto al principio molesta a la pequeña Mary, quien talvez habría estado habituada ya no sólo a ser mimada sino hasta reverenciada por sus criadas hindúes, síntoma del colonialismo británico imperante en aquel entonces… Esto lo deduzco porque Martha siempre es atenta y consentidora con Mary, quien todavía así no deja de percibir el trato de esta criada, al menos al principio, como demasiado horizontal para su gusto… Sin embargo, la dulzura de Martha hace que Mary aprenda lo que es ser niña…
A pesar de su arrogancia inicial, Mary también refleja una entereza admirable para sus diez años, pues nunca llora después de la muerte de sus padres, y no porque no se sienta afectada. Pero también posee una gran sensibilidad y aparenta dureza como una forma de protegerse; sensibilidad que salva su carácter de ser arbitrario para volverlo valiente y comprometido… La entrega a los demás demanda más valor que el abuso: en ese sentido Mary mostrará un gran coraje para los desafíos que enfrentará…
Mary va observando lo poco que conoce a la familia de su difunta tía carnal. Era casi una extraña para lord Craven, su único tío y pariente que casi no conoce. Él la recibe una vez en su despacho y hasta le plantea llevarla a un internado, algo que no se conreta… Pero el colmo de este distanciamiento familiar es cuando Mary descubre que en aquella mansión vive también un primo de su edad cuya existencia desconoce: Colin, el hijo de lord Craven
Extremadamente sobreprotegido, Colin está postrado en una cama porque supuestamente no puede caminar. Está incapacitado para todo por una salud que en realidad no es tan frágil como le han hecho creer. Es prisionero de sus miedos y de la peor de las cárceles: la psicológica. Tiene a su disposición los inmensos paisajes que rodean su mansión, pero nunca sale de su cuarto temiendo contagiarse con las esporas y microbios del medio ambiente (¿?), rasgos paranoicos que me hicieron inevitable una comparación con ese Howard Hughes interpretado por Leonardo Di Caprio (2004). Aunque Colin es ficticio y el millonario aviador fue real, sus semejanzas me hacen preguntarme si no habrá un síndrome propio de personas sobreprotegidas que se aíslan para no contaminarse del mundo… Pero no quiero salirme del tema…
Colin nació muy débil y al poco tiempo murió su madre. Como sufrió demasiado por la muerte de su esposa, Lord Craven no toleraría que algo también le pasara a su hijo, así que prefiere verlo lo menos posible: su lógica parece que cuanto menos lo vea menos se encariñará con él y, así, menos sufrirá... De otra forma no se explica que casi no visite a su propio hijo, aun cuando a éste lo sabe postrado en una cama…
Todo el personal de servicio brinda excesivas atenciones a Colin. Es lo mejor y lo único que saben hacer con él, pero no lo dejan desarrollarse, sólo refuerzan más su cautiverio… Pero ¿qué más pueden hacer? Sus roles son de criados y no de educadores. No están en posición de detectar qué realmente necesita Colin, ni él mismo parece conocerlo concientemente por su corta de edad, y aunque lo supieran no podrían hacer nada, caso incluso del de la dominante señora Madock, que es la que más autoridad tiene…
En este contexto, Colin necesita de alguien que le diga sus verdades, que energicamente lo saque de esa prisión dorada, que tenga esa mezcla de sabiduría e ingenuidad para trascender las barreras sociales y descubrir qué anhela el verdadero niño oculto tras aquel aprendiz de lord…
Aunque parezca mentira, quizás la sabiduría de esta historia infantil podría ayudarnos a atender a adultos muy complejos como el ya mencionado Hughes, quien talvez en el fondo sólo habría deseado lo que Colin ignora cómo pedir y que sólo la pequeña Mary puede vislumbrar con esa lucidez sólo propia de la inocencia…
Desconozco cuántas biografías habrá escritas sobre el millonario aviador, pero quizás pocas brinden ciertas claves para entenderlo mejor como ésta simple historia de El jardín secreto, por más infantil y ficticia que sea... Será porque nadie puede entender al adulto si primero no conoce al niño… De allí que las obras infantiles tienen mucho más riqueza de la imaginada.
Y ya no les sigo contando para que solos vean el desenlace. Ni siquiera voy a decirles por qué la película se llama El jardín secreto para dejarles la inquietud.
La película podría parecer muy lenta pero sería bien aprovechada si los padres le extraen enseñanzas que compartir con sus hijos.
Notas:
La foto corresponde a Frances Hodgson Burnett, autora de la obra El jardín secreto, que inspiró a la película homónima dirigida por Francis Ford Coppola
Cortesía de la imagen:
http://img.tfd.com/authors/burnett.jpg
La versión de 1993 la vi recientemente. El productor fue el conocido Francis Ford Coppola; la directora, la polaca Agnieszka Holland y el diseñador de producción, Stuart Craig.
Craig merece destacarse como especialista en ambientaciones británicas de época. Su nombre puede reconocerse en créditos de realizaciones como Gandhi (1982), Greystoke (1984), El Paciente inglés (1996) y la saga de Harry Potter.
El personaje central de El jardín secreto es Mary Lennox, huérfana que pierde a sus padres en un terremoto en La India. Llegada a Inglaterra, tiene un frío recibimiento de la señora Medlock, clásica ama de llaves victoriana, versión femenina del señor Stevens, mayordomo británico encarnado por Anthony Hopkins en Lo que queda del día (1993).
La señora Madock dirige al personal doméstico de la mansión de lord Craven, aristócrata muy deprimido por le muerte de su esposa, hermana gemela de la difunta madre de Mary.
Mary va entendiendo paulatinamente que en aquella mansión ya nunca más será aquella niña privilegiada que era en La India, cuando sus padres vivían, algo que percibe inicialmente con Martha, institutriz que le asignan y que si bien la atiende amablemente tampoco le rinde pleitesía. Esto al principio molesta a la pequeña Mary, quien talvez habría estado habituada ya no sólo a ser mimada sino hasta reverenciada por sus criadas hindúes, síntoma del colonialismo británico imperante en aquel entonces… Esto lo deduzco porque Martha siempre es atenta y consentidora con Mary, quien todavía así no deja de percibir el trato de esta criada, al menos al principio, como demasiado horizontal para su gusto… Sin embargo, la dulzura de Martha hace que Mary aprenda lo que es ser niña…
A pesar de su arrogancia inicial, Mary también refleja una entereza admirable para sus diez años, pues nunca llora después de la muerte de sus padres, y no porque no se sienta afectada. Pero también posee una gran sensibilidad y aparenta dureza como una forma de protegerse; sensibilidad que salva su carácter de ser arbitrario para volverlo valiente y comprometido… La entrega a los demás demanda más valor que el abuso: en ese sentido Mary mostrará un gran coraje para los desafíos que enfrentará…
Mary va observando lo poco que conoce a la familia de su difunta tía carnal. Era casi una extraña para lord Craven, su único tío y pariente que casi no conoce. Él la recibe una vez en su despacho y hasta le plantea llevarla a un internado, algo que no se conreta… Pero el colmo de este distanciamiento familiar es cuando Mary descubre que en aquella mansión vive también un primo de su edad cuya existencia desconoce: Colin, el hijo de lord Craven
Extremadamente sobreprotegido, Colin está postrado en una cama porque supuestamente no puede caminar. Está incapacitado para todo por una salud que en realidad no es tan frágil como le han hecho creer. Es prisionero de sus miedos y de la peor de las cárceles: la psicológica. Tiene a su disposición los inmensos paisajes que rodean su mansión, pero nunca sale de su cuarto temiendo contagiarse con las esporas y microbios del medio ambiente (¿?), rasgos paranoicos que me hicieron inevitable una comparación con ese Howard Hughes interpretado por Leonardo Di Caprio (2004). Aunque Colin es ficticio y el millonario aviador fue real, sus semejanzas me hacen preguntarme si no habrá un síndrome propio de personas sobreprotegidas que se aíslan para no contaminarse del mundo… Pero no quiero salirme del tema…
Colin nació muy débil y al poco tiempo murió su madre. Como sufrió demasiado por la muerte de su esposa, Lord Craven no toleraría que algo también le pasara a su hijo, así que prefiere verlo lo menos posible: su lógica parece que cuanto menos lo vea menos se encariñará con él y, así, menos sufrirá... De otra forma no se explica que casi no visite a su propio hijo, aun cuando a éste lo sabe postrado en una cama…
Todo el personal de servicio brinda excesivas atenciones a Colin. Es lo mejor y lo único que saben hacer con él, pero no lo dejan desarrollarse, sólo refuerzan más su cautiverio… Pero ¿qué más pueden hacer? Sus roles son de criados y no de educadores. No están en posición de detectar qué realmente necesita Colin, ni él mismo parece conocerlo concientemente por su corta de edad, y aunque lo supieran no podrían hacer nada, caso incluso del de la dominante señora Madock, que es la que más autoridad tiene…
En este contexto, Colin necesita de alguien que le diga sus verdades, que energicamente lo saque de esa prisión dorada, que tenga esa mezcla de sabiduría e ingenuidad para trascender las barreras sociales y descubrir qué anhela el verdadero niño oculto tras aquel aprendiz de lord…
Aunque parezca mentira, quizás la sabiduría de esta historia infantil podría ayudarnos a atender a adultos muy complejos como el ya mencionado Hughes, quien talvez en el fondo sólo habría deseado lo que Colin ignora cómo pedir y que sólo la pequeña Mary puede vislumbrar con esa lucidez sólo propia de la inocencia…
Desconozco cuántas biografías habrá escritas sobre el millonario aviador, pero quizás pocas brinden ciertas claves para entenderlo mejor como ésta simple historia de El jardín secreto, por más infantil y ficticia que sea... Será porque nadie puede entender al adulto si primero no conoce al niño… De allí que las obras infantiles tienen mucho más riqueza de la imaginada.
Y ya no les sigo contando para que solos vean el desenlace. Ni siquiera voy a decirles por qué la película se llama El jardín secreto para dejarles la inquietud.
La película podría parecer muy lenta pero sería bien aprovechada si los padres le extraen enseñanzas que compartir con sus hijos.
Notas:
La foto corresponde a Frances Hodgson Burnett, autora de la obra El jardín secreto, que inspiró a la película homónima dirigida por Francis Ford Coppola
Cortesía de la imagen:
http://img.tfd.com/authors/burnett.jpg
Fuentes
Frances Eliza Hodgson Burnett.
Enciclopedia® Microsoft® Encarta 2001.
© 1993-2000 Microsoft Corporation.
Reservados todos los derechos.
The secret garden (1987)
www.wherehouse
The secret garden (1993)
www.eofftv.com
Frances Eliza Hodgson Burnett en el cine
www.alohacriticon.com
13 comentarios:
En este caso, la pelicula me llegó primero ya que nunca leí el libro. Hace varios años estaba haciendo zapping y no la pude dejar...
El film esta entre uno de mis favoritos en los que aparecen niñitos (el otro es Cinema Paradiso con el adorable Toto), las escenas en los jardines, los niños jugando felices y sobre todo el coraje de la protagonista para zamaquear a su enfermizo primo; esa escena me encantó, hay veces en que hay que tomar el toro por las astas sino no se logra nada :). Definitivamente tiene muchos mensajes, entre ellos la sobreprotección que por amor a veces es desmedida en los padres, perjudicando de por vida a sus hijos.
Me has dado buenas ideas para recomendaciones en la Casa del árbol. Es inevitable que te invite a participar recomendando este tipo de libros o peliculas que traen tanto mensajes para los padres como diversión e inspiración para los niños. Ya sabes, estas invitado a ser corresponsal :), necesitamos gente que ame este tipo de historias para que la recomendación sea autentica y tenga más impacto en los padres y los niños. Gracias
Consuelo :)
Estimada Consuelo
Mil gracias por la visita y gracias por la invitación a la Casa del Árbol… Ya alguna idea o sugerencias se me ocurrirán para compartir…
Y definitivamente la pequeña Mary es un personaje entrañable en esta película. Muchos elementos pueden extraerse de esta historia….
Y como siempre muy interesantes tus comentarios
Un saludo
Esta película es preciosa. Como bien dices, esas historias son algo más quehistorias infantiles. También La pequeña princesa, (la primera versión con Shirley Temple y la segunda, dirigida por Cuarón, creo), pertenecen a esas historias derivadas del colonialismo inglés en la India que son tan apetitosas (Kipling en mi mente).
El jardín secreto es una historia preciosa, muy bien dirigida. Ha sido muy grato recordarla al leerte. Un saludo cordial.
Estimada Gabriela:
Es grato que una lectora o lector comparta nuestra misma percepción sobre una obra... Y gracias por recordarme a “La Pequeña Princesa”, otra adaptación de la obra de Burnett, protagonizada en los 30´s por la pequeña Temple... Ojalá pueda conseguir en Lima una copia de esa película para verla… Son clásicos como ése los que deben rescatarse…
Saludos cordiales
Martín
Hola.
A mí me copó la película. la hemos visto muchas veces con mis niños. La música es muy buena, ambienta mucho, el villancico que canta una de las cocineras te queda dando vueltas en la cabeza.
Y lo mejor de todo la magia de la película.
Una de las mejores películas que he visto, y una historia fantástica,aunque no he leido el libro original.
Saludos.
Hola, Jenny
Es verdad, la película tiene momentos muy mágicos y es muy recomendable.... Gracias por tus comentarios
Saludos
Martín
No he visto la película ni leido el libro, y es una pena porque leo tu reseña y los comentarios y parece que no tiene un pero. Ojalá la pueda conseguir y verla.
Saludos para ti.
Estimada Magda
Te recomiendo la película. Al menos a mí me agrado, y no creo que sea difícil conseguirla... Aunque es para un público infantil, creo que a un adulto también tiene mucho que decirle... Es decir: no es prohibida para mayores... =)
Saludos
Martín
Hola, Bárbara
Mejor ve la película en DVD porque si te la cuento ya no la disfrutarás igual.
Un saludo
Martín
Yo originalmente vi la version de 1949 del director Fred Wilcox, me parecio absolutamente mágica, sobre todo porque en las escenas en el jardin estas fueron modificadas con Technicolor!. Luego vi una de las versiones más actuales y por ultimo compré el libro. Saludos!
Hola, Hector
Yo vi la versión de 1993, pero algún día m ggustaría ver la versión de 1949
Saludos
Yo vi la del 49 por TCM y es excelente, el personaje de Dikon es un poco sobreactuado, pero todo lo demas esta bien, es una excelente historia.
Salu2.
Mi MADRE es mi PATRIA y mi NOVIA es mi BANDERA.
ee si veno
Publicar un comentario